¿Qué es el efecto Lindy y cómo nos ayuda a tomar mejores decisiones?
Ante la incertidumbre del futuro, mirar al pasado y al presente quizás es la clave para tomar la mejor decisión. Esta es la propuesta del efecto Lindy. ¡Descúbrela!
¿Cómo crees que afecta el paso del tiempo a las cosas? Tal vez respondiste que, con el avance de los días, pierden valor o calidad o están más cerca de su final. Este análisis es válido para ropa que se desgasta, alimentos que caducan o, incluso, personas que envejecen; pero no es tan cierto para elementos no perecederos. En este caso, funciona a la inversa. Al menos, así lo plantea el efecto Lindy.
Piensa en una obra de arte importante, en un grupo de música reconocido o en una película famosa. Es probable que tu mente recurra a clásicos atemporales, a bandas míticas y obras maestras del cine. ¿Por qué no pensaste en la última tendencia?
Esto es debido a que, de un modo u otro, aquello que logra mantenerse en el tiempo posee una garantía de calidad. ¿Cómo aplicar este efecto a nuestra vida cotidiana? ¡Te lo contamos!
¿Qué es el efecto Lindy?
Para comprender este fenómeno hemos de remontarnos a 1964, año en el que Albert Goldman publica su artículo Lindy’s Law. En él, recoge la historia de cómo actores y personalidades del espectáculo se reunían en un local de Nueva York para conversar y pronosticar su futuro profesional.
La idea central postulaba que, cuanto más actuasen, más rápido terminaría su carrera; en cambio, si eran selectivos y realizaban pocas actuaciones de mayor impacto perdurarían más.
A raíz de ello, el filósofo Nassim Nicholas Taleb reformuló este concepto para dar paso al efecto Lindy. Según este, cuando hablamos de elementos no perecederos, el hecho de que hayan existido por más tiempo es el mejor pronóstico de que seguirán en el futuro.
En su libro Antifrágil explica que, por cada año que ese elemento se mantenga, duplica su esperanza de vida adicional. Pero, para traer esta idea a tierra, pongamos algunos ejemplos.
¿Cómo podemos entenderlo?
- Si un libro continúa vigente 10 años después de escrito, es más probable que permanezca en el mercado, en comparación con uno que acaba de salir. Incluso, si este último es un récord de ventas en el momento.
- ¿Quieres saber qué edificios de tu ciudad existirán dentro de 50 años? Podríamos pensar que los edificios más nuevos, ya que tienen una mayor vida útil; sin embargo, serán los edificios históricos los que perdurarán, gracias al cuidado humano y a la restauración.
- Esto puede aplicar también a un partido político. Es más probable que, en una década, sea la organización que tiene un mayor recorrido histórico la que continúe presente, en lugar de aquella creada de forma reciente (aunque generara una gran revolución social).
¿Por qué ocurre el efecto Lindy?
Este curioso fenómeno desafía nuestro entendimiento común y se centra en los aspectos inmateriales, alude Physica A: Statistical Mechanics and Its Applications.
Optamos por reformar un edificio antiguo porque este tiene un mayor valor histórico. Se siguen imprimiendo y vendiendo ejemplares de los grandes clásicos literarios porque poseen un mayor valor cultural. Y continuamos comprando las ideas de un partido político o de una religión, porque representan la tradición y la trayectoria de grandes grupos de personas.
En definitiva, aquello que perdura, lo hace porque acumula un significado simbólico, un valor construido y percibido de manera colectiva. Y esto hace más probable que continúe así en el tiempo. También, tal como sugiere Taleb (2012) su vigencia es una muestra de que dicho objeto, elemento o idea resiste al cambio, a la obsolescencia y a la competencia.
¿Cómo podemos aplicarlo en la toma de decisiones?
Este efecto puede ayudarnos a tomar decisiones estratégicas en una amplia variedad de campos. De manera especial. contribuye a decidir en situaciones de incertidumbre de cara al futuro. Veamos los siguientes ejemplos.
- ¿Quieres realizar una inversión en una empresa? Ten en cuenta a aquella que lleve más tiempo en el mercado y que aún siga vigente, pues, es probable que se trate de una opción más segura a futuro.
- ¿Vas a realizarte un cambio u operación estética? Recuerda que es posible que las tendencias recientes desaparezcan y que aquella modificación que te apliquen ya no perdure como canon estético en unos años.
- ¿Dudas sobre qué estudios realizar o hacia dónde orientar tu futuro? Si buscas una estabilidad a largo plazo, analiza qué sectores han ofrecido buenas oportunidades y resultados durante más tiempo, debido a que es factible que continúen haciéndolo a futuro.
- ¿Necesitas crear una estrategia de marketing para tu empresa? Opta de forma preferible por aquellas vías que ya tienen un recorrido de buenos resultados (por ejemplo, el email marketing), en lugar de jugárselo todo a las nuevas tendencias (como pueden ser los reels de Instagram).
Limitaciones del efecto Lindy
Quizás, mientras leías las anteriores líneas, pensabas que esto no es así en todos los casos. Y tienes razón. El efecto Lindy tiene limitaciones y hay aspectos a considerar. Por ejemplo, si buscas un mayor alcance y viralizarte en redes sociales será más útil. Pero, a largo plazo y a la hora de retener a la audiencia y cerrar ventas, el email marketing es superior.
Por otro lado, es posible que un nicho, una tecnología, una ideología o una moda recientes terminen asentándose y superando a otras que las preceden. Esto no siempre es predecible, pero si no arriesgas (y en su lugar permaneces en la opción conocida y segura) no obtendrás los posibles resultados y beneficios.
En definitiva, el efecto no ha de ser el único elemento que consideres a la hora de tomar decisiones, pero sí puedes tenerlo en cuenta. Si te planteas qué idea o elemento perdurará a futuro, hay más posibilidades de que lo haga aquello que mayor recorrido y tiempo de vida tiene ya (siempre que aún siga vigente). Con esto en mente, es posible reducir la incertidumbre y apostar a lo seguro.
