El Senado de los Estados Unidos anuncia un plan para dar a conocer la verdad sobre los ovnis

Paso a paso, en Washington se están tomando decisiones que podrían llevarnos a conocer qué se oculta detrás del fenómeno ovni.

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Las noticias no dejan de sucederse en la capital de los Estados Unidos, después de las declaraciones del exagente de inteligencia, David Grusch ante el inspector de inteligencia. Grusch aseguró que la administración o empresas contratantes poseen naves recuperadas de fabricación no humana e incluso cuerpos de los seres que las pilotaban y aportó datos sobre los nombres de los proyectos, los lugares donde se desarrollaban y las personas implicadas. Otros testimonios han confirmado las informaciones de Grusch en declaraciones bajo juramento, según Marco Rubio, vicepresidente de la comisión de inteligencia del Congreso de los Estados Unidos.

Un mes después de que un artículo en The Debrief y una entrevista en News Nation dieran a conocer el testimonio de Grusch, nadie ha desmentido oficialmente al exfuncionario. Al contrario, Marco Rubio y otros representantes electos han destacado su curriculum y su credibiidad, así como la existencia de testimonio coincidentes que aún no han salido a la luz.

Chuck Schumer, jefe de la mayoría demócrata en el Senado e impulsor de la enmienda a fovor de la desclasificación ovni.

No solo eso, hace pocas horas, el jefe de la bancada demócrata en el Senado, Chuck Schumer, ha presentado una enmienda a la Ley de Autorización de Defensa Nacional (NDAA), cuyo objetivo es llegar hasta el fondo de los asuntos relatados por Grusch, y lo hace da tal manera que es ineludible concluir que los dan por ciertos. Ahora se trata de sacarlos definitivamente a la luz. Tanto es así que el periodista Christopher Shark, después de consultar con fuentes del Pentágono y la Casa Blanca concluye que existe un plan detallado para revelar la verdad que se oculta detrás del fenómeno OVNI. De hecho la enmienda tiene el título: “unidentified anomalous phenomea disclosure” (revelación, divulgación o desclasificación del fenómeno anómalo sin identificar). El disclosure o la “desclasificación” ha sido la exigencia de los investigadores y ciudadanos que desde 1947 han supuesto que el gobierno de los Estados Unidos oculta información sobre los ovnis.

Todo esto ocurre mientras los grandes medios de comunicación de los Estados Unidos y Europa deciden no sacar el tema en sus portadas, a pesar de que puede tratarse de hechos que representan, de confirmarse definitivamente, un antes y un después en la historia de la civilización humana.

¿Qué dice la nueva legislación sobre la revelación de la verdad sobre los ovnis?

El líder de la mayoría del Senado, Chuck Schumer, ha sido muy explícito en la presentación de la nueva legislación, que cuenta con el apoyo de demócratas y republicanos y que será, por tanto, aprobada junto con el resto de la ley de NDDA en el próximo mes de diciembre. Ha dicho: “El público estadounidense tiene derecho a saber sobre las tecnologías de origen desconocido, inteligencias no humanas y fenómenos inexplicables”.

Por cierto, este “extraño” consenso entre ambos partidos sobre un tema tan peliagudo tampoco parece llamar la atención a los medios de comunicación.

La nueva legislación ordena a todos los departamentos de la administración que entreguen toda la información que tienen sobre los OVNIS (ahora denominados UAPs, siglas en inglés para Fenómenos Anómalos No Identificados). Esta orden incluye a toda las empresas privadas contratantes, haciéndoles saber que los restos de UAPs o de cuerpos son propiedad del gobierno de los Estados Unidos. Y estipula un plazo para la entrega: 60 días a partir de la aprobación de la norma.

Luego ordenana la creación de una Junta de Revisión de Fenómenos Anómalos No Identificados, compuesta por nueve ciudadanos estadounidenses designados por el presidente, que tendrá la autoridad para evaluar qué información puede afectar a la seguridad nacional de los Estados Unidos y cuál puede ser revelada. Esta Junta tendrá autoridad para interrogar a testigos, observadores cercanos y denunciantes, y trasladará sus conclusiones al presidente de los Estados Unidos, que tendrá la última palabra sobre lo se puede dar a conocer y lo que no.

La Junta de Revisión de Fenómenos Anómalo No identificados aparece como una agencia alternativa a la Oficina de Resolución de Anomalías de Todos los Dominios (AARO), creada por orden legislativa el pasado año, pero dominada por el Pentágono. Por ahora, al parecer, ambas oficinas convivirán.

El presidente de los Estados Unidos designará a las personas que revisarán las evidencias sobre los ovnis

Los miembros de la Junta de Revisión serán nominados por el Presidente antes de que se cumplan 90 días después de que la NDAA se convierta en ley (muy probablemente en diciembre). Según la norma, en está Junta tendrá que haber: un oficial de seguridad nacional, un funcionario del servicio exterior, un científico o ingeniero, un economista, un historiador profesional y un sociólogo. Para ayudar a evaluar la información y los materiales provistos, la Junta de Revisión también tendrá la capacidad de establecer comités asesores.

Las especialidades elegidas para la composición de este órgano dan mucho que pensar sobre la información que ya pueden estar manejando los legisladores. Parece lógico deducir que la inclusión de un historiador y un sociólogo pueda tener que ver con el análisis de las implicaciones que podrían tener para la sociedad humana la revelación de nuestra convivencia con inteligencias no humanas y sobre nuestra relación con ellas.

La lectura de las 64 páginas de la enmienda solo puede definirse como asombrosa por los conceptos que recoge. Como asombros es que, según el periodista Christopher Shark, se haya redactado por senadores de ambos partidos y en coordinación con la Casa Blanca y el Consejo de Seguridad Nacional.

Por ejemplo, la ‘inteligencia no humana’ se define como: “Cualquier forma de vida no humana inteligente sensible, independientemente de la naturaleza o el origen último, que pueda ser presuntamente responsable de fenómenos anómalos no identificados o de los cuales el Gobierno Federal ha tenido conocimiento”.

Las tecnologías de ‘origen desconocido’ se definen de la siguiente manera: “Todos los materiales o metamateriales, eyecciones, restos de colisión, mecanismos, maquinaria, equipos, conjuntos o subconjuntos, modelos o procesos de ingeniería, vehículos aeroespaciales dañados o intactos, y naves submarinas y de superficie oceánica dañadas o intactas asociadas con anomalías no identificadas fenómenos o la incorporación de ciencia y tecnología que carece de atribución prosaica o medios conocidos de fabricación humana.’

El próximo 26 de julio habrá una audiencia en el Congreso con testigos ovni

Aún hay más noticias. Después de semanas de rumores, finalmente se ha informado de que el próximo 26 de julio se celebrará una audiencia publica en el Comité de Supervisión del Congreso de los Estados Unidos ante la que declararán 6 personas, entre las que habrá testigos directos de UAPs. La audiencia ha sido impulsada por los representantes republicanos Ana Paulina Luna y Tim Burchet.

Pocos días antes de la audiencia se anunciarán los nombres de las personas convocadas. A partir de las declaraciones de Burchet y Luna, muy problemente se encontrará entre ellas David Grusch y alguno de los pilotos de la Armada que han presenciado UAPs como David Fravor o Ryan Graves.

Los ufólogos están divididos

Lo que está ocurriendo en las más altas instituciones norteamericanas con el fenómeno ovni tiene sorprendidos a los investigadores, periodistas especializados y personas interesadas. En Estados Unidos, muchos ufólogos apoyan y creen a las personas que están impulsando el aparente proceso de desclasificación. Entre estas personas se encuentran el exagente de inteligencia Lue Elizondo o Christopher Mellon,  ex Subsecretario Adjunto de Defensa para Inteligencia en las administraciones de Clinton y George W. Bush y más tarde, subsecretario para Operaciones de Seguridad e Información. Otros, en cambio, sospechan que se pueda estar llevando a cabo una campaña de desinformación.

El Correo del Sol