Una investigación desarrollada en la Universidad de Bochum en Alemania ha descubierto que, si creemos sinceramente que nuestro dedo índice es cinco veces más grande de lo que realmente es, nuestro sentido del tacto mejora. Y si creemos que nuestro dedo es más pequeño, la sensibilidad táctil disminuye.

Una investigación neurológica ha demostrado, mediante un experimento en el que no ha faltado la sugerencia hipnótica, que nuestros pensamientos alteran nuestra percepción táctil.

Eso significa que nuestra percepción táctil se ve afectada y puede ser alterada por nuestros procesos mentales, una cuestión sobre la que la comunidad científica está dividida. Los resultados de esta investigación se han publicado en la revista Scientific Reports.

Dos agujas se sienten como una

Para llegar a esta conclusión, los investigadores midieron la percepción táctil de los 24 participantes de la prueba utilizando el método de discriminación de dos puntos, que pone de relieve la capacidad de identificar que dos objetos cercanos que tocan la piel son dos puntos diferentes y no uno solo.

Esto implica que, durante la prueba, el dedo índice queda relajado sobre un dispositivo con dos agujas que tocan repetidamente el dedo sin dolor, pero de manera perceptible.

“Si las agujas están lo suficientemente separadas, podemos distinguir fácilmente dos puntos de contacto”, explica una de las autoras de esta investigación, Hubert Dinse, del Laboratorio de Plasticidad Neural de la citada universidad. Y añade: “Pero si las agujas están muy juntas, solo sentimos el toque en un lugar”.

A cierta distancia entre las agujas, la sensación cambia de sentir dos agujas a sentir una sola, aunque se presenten dos. Este umbral de discriminación es estable para cada persona, dada la consciencia cotidiana normal.

Si el dedo fuera cinco veces más grande

“Queríamos averiguar si es posible cambiar este umbral de sensación activando un pensamiento articulado verbalmente en una persona”, explica Albert Newen, otro de los autores.

El equipo de investigación eligió dos pistas de pensamiento: “imagina que tu dedo índice es cinco veces más pequeño” e “Imagina que tu dedo índice es cinco veces más grande”.

Para activar específicamente estos contenidos semánticos, los investigadores utilizaron sugestión hipnótica. Durante un estado controlado de hipnosis inducido por un hipnotizador profesional, se le pidió al participante que aceptara sinceramente la primera creencia para una serie de pruebas y luego la segunda.

Los voluntarios participaron en un total de cuatro experimentos para determinar el umbral de sensación en cada caso: bajo la consciencia cotidiana normal, bajo hipnosis sin sugestión y bajo dos condiciones hipnóticas con la sugestión de un dedo índice más grande o pequeño.

Cambios en el sentido del tacto

“Los umbrales de discriminación no difirieron cuando se midieron durante la conciencia normal y la hipnosis sin sugestión. Esto respalda nuestra suposición preliminar de que la hipnosis por sí sola no conduce a cambios”, dice Martin Tegenthoff, también autor.

“Sin embargo, si las creencias se inducen como sugestiones bajo hipnosis, observamos un cambio sistemático en el umbral de discriminación táctil”, añade.

Cuando una persona de prueba imaginó que su dedo índice era cinco veces más grande de lo que realmente era, su umbral de discriminación mejoró y pudo sentir dos agujas, incluso cuando estaban más juntas.

Sin embargo, cuando la sugerencia fue que su dedo índice era cinco veces más pequeño, el umbral de discriminación empeoró. Esto significa que son las creencias las que cambian la percepción, destacan los investigadores.

Las creencias influyen en lo que sentimos

Explican asimismo que la comunidad científica está dividida sobre la cuestión de si los procesos perceptuales pueden o no verse influidos únicamente por el contenido semántico. Los expertos se refieren a esto como la cuestión de la penetrabilidad cognitiva de la percepción.

Aunque abundantes estudios han demostrado la modulación de la percepción por la atención, la motivación, el contenido y el contexto, existe una controversia no resuelta sobre si estos ejemplos proporcionan evidencia real de que la percepción es penetrable por la cognición, escriben los investigadores en su artículo.

 “Nuestro estudio proporciona otro componente básico que respalda la idea de que tales influencias de arriba hacia abajo de las creencias sobre la percepción realmente existen”, subraya Dinse.

“Las creencias que tenemos realmente cambian la forma en que experimentamos el mundo”, concluye.

Referencia

Hypnotic suggestions cognitively penetrate tactile perception through top-down modulation of semantic contents. Marius Markmann et al. Scientific Reports, volume 13, Article number: 6578 (2023). DOI:https://doi.org/10.1038/s41598-023-33108-z

La Opinión