13 preguntas para provocar un cambio de comportamiento

¿Por qué a veces caemos en comportamientos dañinos? Modificar la conducta para instaurar hábitos más saludables no es una tarea sencilla. Necesitamos concienciarnos de la necesidad de un cambio.

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¿Estás atrapado en algún tipo de hábito que te produce malestar o infelicidad? Todos, en algún momento, hemos caído en alguna conducta contraproducente de la que no sabíamos cómo salir. Una mala alimentación, el tabaco o incluso ser cautivos de esos miedos que nos restan oportunidades son un claro ejemplo de esas cárceles conductuales.

Esta realidad se explica porque el ser humano suele ser más tendente a la evitación que al cambio. Al fin y al cabo, tener que dejar ciertas realidades conlleva mucha resistencia y hasta dolor, y esto es algo que acabamos postergando. Siempre es más fácil rehuir y dejar para mañana ese giro de sentido que deberíamos aplicar hoy en nuestra vida.

Aunque a menudo nos insistan en que la mejor estrategia para promover un cambio de comportamiento es la motivación, lo cierto es que este ingrediente no siempre funciona. No es el santo grial para la conquista de una meta. Sin embargo, una herramienta de gran valor para modificar la conducta es alienar nuestra identidad con aquello que deseamos lograr.

Para ello, nada mejor que cuestionarnos, que hacernos preguntas para concienciarnos de lo que necesitamos para sentirnos mejor.

Piensa por un momento cómo sería tu vida si por fin hubieras logrado superar tus problemas y tener una mejor calidad de vida. ¿Cómo te sentirías? ¿Cómo te verías a ti mismo? ¿En qué ocuparías tu tiempo?

Despertar un cambio de comportamiento, todo un desafío

Intervenir y promover un cambio de comportamiento en un paciente requiere de una cuidadosa planificación. No podemos olvidar que uno de los objetivos clave en terapia psicológica es, precisamente, promover en la persona una mejora en sus hábitos de vida. Una investigación de la Universidad de Helsinki destaca esta misma idea.

A la hora de desarrollar una estrategia para asentar nuevos hábitos en un paciente, debemos especificar qué problemas existen, qué se desea lograr y qué modelo vamos a utilizar. Y esto puede ser todo un desafío. Se necesita tiempo, trabajo y una buena alianza terapéutica para lograr que alguien abandone unos hábitos y esquemas mentales para integrar otros más saludables.

No podemos olvidar que la forma en que nos comportamos es el resultado de complejísimos factores contextuales, ambientales, educacionales, sociales y experienciales.  Hay muchas raíces que refuerzan lo que hacemos y hasta cómo pensamos.

Si seguimos haciendo lo que siempre hemos hecho siempre, lograremos el mismo malestar de cada día (Forsyth & Eifert, 2016, p. 15). Entonces, ¿por dónde empezar? William R. Miller y Stephen Rollnick desarrollaron el modelo DARN.

Tener una entrevista con la persona y plantearle una serie de preguntas puede facilitar el compromiso y la propia identificación hacia el cambio. Veamos a continuación cuáles suelen ser esas cuestiones.

«Cada día me miro en el espejo y me pregunto: “si hoy fuese el último día de mi vida, ¿querría hacer lo que voy a hacer hoy?”. Si la respuesta es “no”, durante demasiados días seguidos, sé que necesito cambiar algo».

-Steve Jobs-

Preguntas para motivar una modificación de hábitos

¿Sueles hacerte preguntas en tu día a día? Aunque nos sorprenda, cuestionarnos a nosotros mismos es un modo de despertar la autoconciencia. Muchas veces nos dejamos arrastrar por la inercia de los hábitos, de las rutinas y el piloto automático sin reflexionar en si somos felices o si los miedos están actuando como freno para alcanzar nuestras metas.

En caso de que deseemos lograr un cambio de comportamiento, atrevámonos a responder las siguientes preguntas.

A) Preguntas de deseo

A menudo, cuando clarificamos lo que deseamos, nos damos cuenta de lo que nos duele, de lo que no va bien en nuestra existencia. Aquello que queremos realmente nos confronta porque nos hace ver lo que no va bien en nosotros. Estas serían las preguntas que deberíamos hacernos:

  • 1. ¿Cómo te gustaría que fuera tu vida dentro de un año?
  • 2. ¿Qué desearías para ser más feliz?
  • 3. ¿Qué aspectos de ti mismo desearías cambiar/mejorar?

B) Preguntas de habilidad

Todos tenemos competencias, recursos y habilidades que no siempre tenemos en cuenta. No podemos olvidar que cada uno de nosotros acumulamos una experiencia y un bagaje con los que ya hemos hecho frente antes a otros desafíos en el pasado. Darnos cuenta de nuestras valías puede favorecer un cambio de comportamiento.

  • 4. ¿Puedes recordar todas esas metas que has logrado en la vida y de las que te sientes orgulloso?
  • 5. ¿Qué habilidades te definen?, ¿qué se te da bien?
  • 6. Según tu entorno y las personas que te quieren, ¿cuáles son tus virtudes, fortalezas y competencias?
  • 7. Si te decidieras hoy mismo a iniciar ese cambio que necesitas, ¿cómo te ayudarían tus habilidades?

C) Las preguntas sobre razones

¿Por qué necesitas comer mejor? ¿Cuál es la causa por la que quieres dejar de fumar? ¿Por qué necesitas tener una vida más activa y hacer deporte? ¿Por qué te planteas ahora cambiar de trabajo? Enumerar las razones por las que necesitamos abandonar unos hábitos y generar un cambio nos puede permitir comprometernos mejor en esas metas.

Sin embargo, no basta con dar una sola respuesta, es importante ser capaces de pensar y expresar todos los beneficios que esperamos encontrar con ese cambio de comportamiento.

  • 8. ¿Por qué quieres poner en marcha ese cambio?
  • 9. ¿Por qué crees que vale la pena cambiar tu estilo de vida? ¿En qué te puede beneficiar?
  • 10. Especifica un poco más. Enumera las cinco mejores cinco razones por las que será bueno para ti ese cambio.

D) Preguntas sobre necesidad

Más allá de los deseos y las razones que nos impulsen a dar un giro de sentido a nuestros hábitos de vida, está la necesidad. Hay conductas claramente contraproducentes que debemos dejar atrás por necesidad y casi por obligación. La salud, el bienestar y el crecimiento humano pueden estar en peligro. Ser conscientes de ello, es algo prioritario.

  • 11. ¿Qué puede pasar si continúas posponiendo ese cambio?
  • 12. ¿Qué tendría que pasar para que te convencieras hoy mismo de modificar tu comportamiento?
  • 13. ¿Cómo te sentirías si pasara un año y tu vida siguiera en las mismas condiciones que ahora?

Las cuestiones aquí planteadas no facilitarán un cambio, pero nos convencerán de la necesidad de hacerlo. Es el primer paso, la línea de salida, ese punto desde el que coger impulso, aliento y hasta motivación. Pensar e identificarnos en aquello que deseamos conseguir es el puente que nos facilitará llegar hasta esa cima donde habitan las metas que deseamos lograr.

LMEM