Una Luna de sangre como la que salvó la vida a Cristóbal Colón

El eclipse lunar de este viernes recuerda al que en 1504 supo predecir el descubridor de América en una de sus expediciones más complicadas.

El eclipse de Luna de Cristobal Colón, de Camille Flammarion / Wikimedia

Un eclipse lunar cargado de simbolismos. La de este viernes será una «Luna de sangre» como la que llegó a salvar la vida de Cristóbal Colón durante una de sus expediciones. El eclipse lunar de la noche del próximo 27 de julio se espera como el más imponente del siglo XXI, ya que será el más largo en cien años. Por si esto no fuera suficiente para convertirlo en un fenómeno especial, los astrónomos resaltan que la Luna se mostrará en un color rojo oscuro muy especial, igual al que llegó a salvar la vida al descubridor de América.

La historia, cuenta Antonio Bernal, divulgador y astrónomo del Observatorio Fabra de Barcelona, se remonta a febrero de 1504 en la última expedición de Colón a las Indias. Sus naves habían quedado estropeadas meses atrás por una tormenta en la playa de Santa Gloria, en Jamaica, y él y su tripulación de unas 20 personas estaban sobreviviendo gracias a los trueques con los nativos, que los iban alimentando a la espera de que alguien les recogiera.

La ayuda, sin embargo, no llegaba y, hartos de atenderles, los indios les dejaron de abastecer comida. En ese momento, Colon pidió «hablar con el jefe de los nativos y le aseguró que el Dios de los cristianos era muy vengativo y estaba muy molesto porque no alimentaban a su gente», relata Bernal, y les avisó de que la Luna se teñiría de sangre y llamas y que el Sol no saldría más.

Un almanaque alemán

«Él navegaba con brújulas pero no sabía como funcionaban. Se guiaba por las estrellas», destaca Bernal, que recuerda que Colón tenía conocimientos astronómicos y por eso viajaba con un almanaque publicado en Alemania, desde el que pudo predecir el eclipse lunar. Así, pudo saber que el 29 de febrero se viviría uno y supo sacar provecho de su predicción ante la ignorancia de los aborígenes en conocimientos astronómicos.

La amenaza se convirtió en real para los aborígenes y una imponente Luna rojiza llenó de pánico al poblado, que volvió a dar comida a los navegantes de Colón a la desesperada y con el temor de que no volvieran a ver más la Luna tal y como la conocían.

El caso, que recuerda a un argumento de una auténtica película de aventuras y ciencia ficción, terminó con un final feliz. Colón fingió que pactaba con Dios que éste les devolviera la Luna brillante y blanca y calculó con sus instrumentos astronómicos el fin del eclipse, tras lo que consiguió salvar a sus tropas.

En España, el eclipse de este viernes también dejará al descubierto una espectacular «Luna de sangre». «Aquí el eclipse empezará poco antes de que salga la Luna y por eso cuando la empecemos a ver por el horizonte ya estará eclipsada y rojiza, como la que vieron los aborígenes», sentencia Bernal.

ABC