Julio Verne y la misteriosa historia de la Sociedad de la Niebla
May 30, 2022 Misterios , NoticiasUno de los grandes enigmas sobre la vida de Julio Verne es su supuesto vínculo a la Sociedad de la Niebla, un grupo cercano a los rosacruces.
Sobre la vida y obra de Julio Verne siempre ha pesado un aura de aventura, pero también de mística. Se dice que perteneció a un grupo oculto conocido como La Sociedad de la Niebla (o Sociedad Secreta de la Niebla o también Sociedad Angélica), sitio donde convivió con muchos intelectuales de la época y pudo haber tenido acceso a cierta información que influyó en el desarrollo de muchas de sus “visiones”.
Se trata de uno de los grandes autores de la ciencia ficción gracias a novelas como 20,000 leguas de viaje submarino, Viaje al centro de la Tierra o De la Tierra a la Luna, en donde mostró una capacidad notable para adelantarse al futuro social y tecnológico de la humanidad.
Julio Verne y la misteriosa historia de la Sociedad de la Niebla
Julio Verne fue un visionario, además de un autor con una imaginación desbordada que sustentaba sus relatos con una rigurosa investigación científica. Para el periodo en el que salieron publicadas sus obras, muchos de los artefactos que describía con lujo de detalle existieron, pero hasta muchos años después.
Tal es el caso de los sumergibles, helicópteros, zapatos de buceo, ciudades con luz eléctrica, el fax, coches con motores de explosión, el metro y más. Esto ha dado a pensar a muchos de sus biógrafos que Verne, además de ser un intelectual en toda regla, pudo acceder a cierto conocimiento que le permitió soñar, pero siempre con bases científicas, acerca de futuros sucesos.
Qué era la Sociedad Secreta de la Niebla
Verne siempre fue un hombre de estudio y curioso por naturaleza. Se dice que perteneció a algunas sociedades secretas de la época: la más importante de ellas fue la Sociedad de la Niebla, en la que probablemente fue iniciado por Alejandro Dumas (autor de obras como El Conde de Montecristo o Los tres mosqueteros).
Esta sociedad secreta fue fundada en el siglo XVI por Gryphe, un impresor de Lyon. Este grupo tuvo entre sus miembros a Miguel de Cervantes, Goethe, Dante Alighieri, Gérard de Nerval, Gastón Lerroux, Maurice Leblanc, Maurice Barres y George Sand, así como el pintor Delacroix. La Sociedad de la Niebla tenía una ideología revolucionaria y muy cercana a los rosacruces.
El sueño de Polífilo
En ella se valoraba el arte, la literatura, la ciencia y los principios de la masonería. También seguían las directrices de los Rosacruces y solían estudiar un libro enigmático: El sueño de Polífilo, una obra de 1499 escrita por un monje dominico italiano, Francesco Colonna, y que se publicó inicialmente en Venecia en 1499, impresa por Aldo Manucio.
Se trata de un libro escrito en latín, griego, algo de hebreo, también lombardo y lenguas antiguas de difícil traducción. Su autor fue un tal Francesco Colonna y en él se describía la curiosa relación entre Polifilo y Polia.
En este libro conviven cuestiones eróticas, al mismo tiempo que lo empapa cierta estela esotérica. Es uno de los libros más curiosos del Renacimiento y cautivó a varios intelectuales de la época, entre ellos un puñado de escritores franceses del siglo XIX que formaron parte de la “Sociedad de la Niebla”.
Supuestos mensajes ocultos
Uno de los detalles que destacan en la biografía de Verne es su predilección por crear mensajes ocultos en sus textos. Ejemplo notable de ello se encontraría en su novela La vuelta al mundo en 80 días. Phileas Fogg, el protagonista de dicho relato, es miembro de un club llamado Reform Club (las siglas R. C. coincidirían con las de los Rosacruces).
Otro detalle es que Fogg sería una variante de fog “niebla” en inglés. Algunos investigadores han traducido el nombre Phileas Fogg como “hijo de la niebla”. ¿Un indicativo de que Verne era un “hijo de la niebla”?
Poco más se sabe sobre la Sociedad de la Niebla. Verne siempre negó ser un visionario o tener acceso a información privilegiada.
“No existe ninguna prueba que sustente dicha información”, advierten fuentes del museo Verne de Amiens. “Él era católico romano y, por tanto, fiel a sus principios religiosos”.
Lo que es verdad es que era un asiduo lector que se mantenía al pendiente de los últimos avances científicos de la época. Este conocimiento y curiosidad, más su propia imaginación, quizás fue el auténtico secreto para sus Viajes extraordinarios que tanto nos fascinan.
Capacidad profética
Algunas de sus obras parecen tener una capacidad profética. En La caza del meteoro, Verne advertía del peligro ante la caída de un meteorito en la Tierra. En aquella época, nadie imaginaba ni creía lo que el autor intentaba decir.
Siete años después de la publicación de ese libro (1908), se produjo el suceso de Tunguska, en el que un meteorito de 80 metros de longitud arrasó esa zona de Siberia. En Los quinientos millones de Begún, Verne hablaba de un suceso emparentado con el auge del nazismo y del lanzamiento de satélites artificiales.