¿Vida en aguas termales subterráneas marcianas?

Unos científicos han completado un análisis minucioso de datos recolectados por el robot Curiosity en una zona de la superficie de Marte que registró la salida de agua del subsuelo en un pasado lejano.

En esta piedra, fotografiada mediante el instrumento ChemCam del rover robótico Curiosity, se aprecia un sector relleno de nódulos oscuros, que suelen formarse en los sedimentos blandos que se acumulan en los lagos activos de la Tierra. / NASA JPL / Caltech / MSSS / LANL / IRAP-CNES

Desde enero de 2019 hasta enero de 2021, el rover robótico Curiosity de la NASA exploró las rocas del lecho de un antiguo lago situado dentro de la región de Glen Torridon. Durante ese tiempo, el rover fue encontrando indicios de que el lecho rocoso había sido modificado en el pasado por agua subterránea, especialmente en los puntos más elevados del terreno por el que transitó el robot. El Curiosity también descubrió una cantidad sorprendentemente alta de nódulos, vetas y otras estructuras relacionadas con la alteración de un lecho rocoso por el agua.

El equipo de Patrick Gasda, del Laboratorio Nacional estadounidense de Los Álamos, se valió de los datos reunidos por el instrumento ChemCam del rover para buscar cambios físicos y químicos en las rocas que pudieran ser atribuidos al agua. El ChemCam fue desarrollado por el citado Laboratorio de Los Álamos así como por el CNES (la agencia espacial francesa).

Primero, Gasda y sus colegas vieron una gran cantidad de nódulos redondeados de tonos oscuros en toda la roca. Estas estructuras suelen formarse en los sedimentos blandos situados en los lagos activos de la Tierra, por lo que los autores del estudio creen que fue así como se formaron en Marte.

Luego el robot observó grandes vetas oscuras y blancas con una química extraña, incluyendo vetas oscuras con alto contenido en hierro y manganeso, y vetas más claras ricas en flúor.

“Estas vetas son muy desconcertantes. Creemos que, en las primeras etapas de la historia del cráter, cuando el impacto inicial calentó las rocas que lo rodean, el agua subterránea fluyó a través de esas rocas. Creemos que esta agua caliente probablemente trajo del subsuelo elementos como el flúor presente en estas rocas”, explica Gasda. “Las altas concentraciones de flúor solo suelen encontrarse en los sistemas hidrotermales de la Tierra. No esperábamos encontrar vetas con una química así en Glen Torridon”.

Gasda y sus colegas plantean la hipótesis de que sistemas hidrotermales como esos estaban activos durante la época del lago. Y ello tiene implicaciones muy sugestivas para la posibilidad de vida en Marte.

Estos sistemas hidrotermales debían arrastrar elementos redox (incluyendo hierro, níquel, azufre y manganeso) a la superficie de Marte, y en la Tierra hay microbios que utilizan estos elementos para obtener energía. Las fumarolas hidrotermales de las profundidades marinas de nuestro mundo pueden producir hidrógeno y metano, y algunas sustancias orgánicas más complicadas. Son lugares de los que se sospecha que sintetizaron los ingredientes básicos de la vida en la Tierra primitiva.

Estas vetas pueden estar vinculadas a otras vetas y nódulos con una química enigmática que se descubrieron por todo el cráter en las primeras fases de la misión.

El nuevo estudio se titula “Overview of the Morphology and Chemistry of Diagenetic Features in the Clay-Rich Glen Torridon Unit of Gale Crater, Mars”. Y se ha publicado en la revista académica Journal of Geophysical Research Planets.

NCYT