Hoja de bambú, con alto potencial para producir cemento

La ceniza de hoja de guadua (una especie de bambú leñoso) tiene una naturaleza muy valorada en la producción de cementos de activación alcalina, con la posibilidad de usarla como adición mineral en cementos Portland –los más comerciales–

Guadua / Unimedios

“Esta ceniza podría emitir hasta un 70 por ciento menos emisiones de CO2 en Colombia”, afirma Jeiko Sebastián Londoño, estudiante de la Maestría en Construcción de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Medellín, quien, entre un café y una conversación con un amigo cercano, encontró en la hoja de bambú una oportunidad para fabricar un cemento alternativo al Portland, que es el más utilizado en Colombia.

“Un día, desayunando con un amigo que trabaja con construcciones de guadua, me dijo que estaba aburrido porque se le estaban dañando los discos que utilizaba para cortar la madera de guadua, debido a que esta tiene mucha sílice”, relata el estudiante.

“La sílice presente en los tejidos de la guadua hacía que cuando mi amigo la cortaba, lanzara muchas chispas y deteriorara los discos de corte; se me prendió el bombillo, porque me di cuenta de que podría utilizar esa sílice presente en la biomasa de la guadua para fabricar cemento”.

Jeiko estudió los componentes que tiene esta planta para procesarla y utilizarla –mediante diferentes técnicas y procesos– como materia prima para producir cementos ecológicos.

La ceniza se produjo calcinando las hojas de bambú a una temperatura aproximada de 600 °C durante 2 horas en un horno eléctrico de laboratorio; después se molió hasta volverla polvo, para luego combinarla a diferentes proporciones con una ceniza de carbón mineral.

Mediante un proceso de activación alcalina esta mezcla de polvos se transformó en un material cementante, que gracias a su constitución de materiales residuales genera menor impacto ambiental.

Materiales reutilizables

El aprovechamiento de los subproductos y desechos del sector industrial está generando en el país un interés cada vez mayor; el reto es reutilizar materiales y productos que permitan reducir el impacto ambiental a través de la separación en la fuente, y aprovecharlos para generar nuevos materiales.

La guadua (Guadua angustifolia) absorbe la sílice del suelo y la deposita en unas células conocidas como fitolitos, que al estar constituidas por sílice fortalecen los tejidos de la planta; esta sílice es uno de los factores más importantes para la producción de cementos por activación alcalina, que –según el estudiante– es pionero en emplear esta nueva materia prima para la producción de tecnologías cementantes alternativas.

Sin embargo, ante la pregunta sobre la deforestación de la guadua para quemar sus hojas, Jeiko indica que “esta producción de ceniza de bambú se puede originar de la biomasa residual que genera el aprovechamiento de esta planta como material de construcción, de la cual se aprovecha solo la madera para su fabricación y quedan las hojas y los tallos delgados como residuo”.

Además, la ceniza de la biomasa de guadua, por ser esta uno de los cultivos de más rápida renovación en Colombia, se podría convertir en un mecanismo de captación de CO2 que haría que el aprovechamiento de su biomasa para la producción de cementos sea neutro en términos de emisiones.

Aunque el cemento Portland es el más utilizado en la industria de la construcción nacional, tiene un fuerte impacto ambiental en términos de emisiones de dióxido de carbono (CO2) en el aire y en la demanda de materias primas no renovables. Según el centro de estudios británico Chatham House, es la fuente de aproximadamente el 8 por ciento de estas emisiones en el mundo.

Por otro lado, en el mercado mundial de bambú, Colombia participa con solo el 0,3 por ciento. Ante esto, el estudiante indica que teniendo en cuenta la abundancia de guadua, esta se podría aprovechar mejor, ya que en el país el mercado del bambú es muy limitado y su uso más conocido va más allá del aprovechamiento de la madera y elementos decorativos.

DICYT