Así será la estación espacial privada que Bezos quiere abrir a finales de esta misma década

Según un comunicado de Blue Origin, las instalaciones tendrán capacidad para diez personas y sus ocupantes podrán desde llevar a cabo experimentos científicos a volar al espacio por placer.

Infografía de la futura estación espacial Orbital Reef / Blue Origin

Blue Origin, la empresa espacial del magnate dueño de Amazon, Jeff Bezos, ha presentado un proyecto para la construcción de una estación espacial privada en la órbita terrestre baja. Bautizada como Orbital Reef (Arrecife Espacial), está concebida «para abrir múltiples mercados nuevos en el espacio, y brindará a cualquier persona la oportunidad de establecer su propia ubicación en órbita», según explica en un comunicado la compañía. La apertura de la plataforma orbital está prevista para la segunda mitad de esta misma década.

Este destino ofrecerá a las empresas privadas y públicas de investigación, industriales y comerciales -en esta categoría entrarían los turistas espaciales- «los servicios competitivos que necesitan», desde el transporte espacial y la logística, hasta la posibilidad de quedarse allí durante los días necesarios, incluido el alojamiento de equipos y la tripulación a bordo.

Orbital Reef funcionará como un «parque empresarial de uso mixto» en el espacio, es decir, como una suerte de ‘polígono industrial’ espacial. Según explica la compañía, hasta 10 «inquilinos» y «visitantes» podrán convivir a la vez en las instalaciones, quienes llegarán a bordo de «transporte espacial reutilizable». Además, la infraestructura contará con una «automatización y logística avanzadas que minimizarán el costo y la complejidad tanto para los operadores espaciales tradicionales como para los recién llegados, permitiendo que la más amplia gama de usuarios persiga sus objetivos». «La arquitectura de sistema abierto permite que cualquier cliente o nación se conecte y escale para satisfacer la demanda. Los atracaderos de módulos, los puertos de vehículos, los servicios públicos y las comodidades aumentan a medida que crece el mercado», explica Blue Origin.

Pero además de las empresas privadas y turistas espaciales, Orbital Reef se ofrece como opción para «agencias espaciales experimentadas», como lo ha hecho su competencia, SpaceX, con la NASA, sin olvidar a los «consorcios de alta tecnología, naciones soberanas sin programas espaciales, compañías de viajes y medios de comunicación, empresarios financiados e inventores patrocinados e inversores con visión de futuro». «Todos tendrán su oportunidad en Orbital Reef», afirman.

Para llevar adelante el proyecto Blue Origin proveerá sistemas de servicios públicos, módulos de núcleo de gran diámetro y sistema de lanzamiento New Glenn de carga pesada reutilizable. Su socio Sierra Space construirá un módulo grande de entorno flexible integrado (LIFE), así como el módulo de nodo y el avión espacial Dream Chaser para el transporte de tripulación y carga, capaz de aterrizar en pistas de todo el mundo. Por su parte, Boeing asumirá el desarrollo del módulo científico, operaciones de la estación, ingeniería de mantenimiento y nave espacial de la tripulación Starliner.

Redwire Space se ocupará de la investigación, desarrollo y fabricación de microgravedad; operaciones de carga útil y estructuras desplegables. Genesis Engineering Solutions desarrollará un nave espacial de una sola persona para operaciones de rutina y excursiones turísticas, y la Arizona State University liderará un consorcio global de universidades que brindan servicios de asesoramiento en investigación y divulgación pública.

«Durante más de sesenta años, la NASA y otras agencias espaciales han desarrollado vuelos espaciales orbitales y de permanencia humana en el espacio, preparándonos para que los negocios comerciales despeguen en esta década», afirma Brent Sherwood, vicepresidente senior de Programas de Desarrollo Avanzado de Blue Origin. «Ampliaremos el acceso, reduciremos el costo y brindaremos todos los servicios y comodidades necesarios para normalizar los vuelos espaciales. Un ecosistema empresarial vibrante crecerá en la órbita terrestre baja, generando nuevos descubrimientos, nuevos productos, nuevos entretenimientos y conciencia global».

ABC