Un equipo internacional de científicos dirigido por investigadores de la Universidad de Groningen, en Países Bajos, ha comprobado que los vikingos vivían en América sobre el año 1021, concretamente en Terranova, Canadá. Una intensa lluvia de rayos cósmicos ocurrida en el año 993 dejó huellas de carbono radiactivo en los árboles de la zona, permitiendo a los especialistas fijar una fecha precisa.
De esta forma, los europeos habrían llegado a América mucho antes que Cristóbal Colón, que tocó tierra junto a su tripulación el viernes 12 de octubre de 1492 en una isla de las Bahamas llamada Guanahani, en América Central. El descubrimiento modifica el momento histórico en el cual se cruzó el Atlántico y la migración de la humanidad rodeó finalmente todo el planeta.
Las huellas del cosmos
Los isótopos radiactivos presentan un núcleo atómico inestable, debido al balance entre neutrones y protones, emitiendo energía y partículas cuando cambian de esta forma a una más estable. Al producirse una lluvia de rayos cósmicos, que son partículas subatómicas procedentes del espacio exterior, la actividad de los isótopos radiactivos se incrementa, dejando huellas imborrables en la Tierra.
Como la cantidad de carbono-14 radiactivo se incrementa en el medio ambiente durante esos eventos, parte de ese carbono es absorbido por los árboles. Si los científicos analizan estas señales en los anillos de los árboles, pueden determinar la fecha exacta de los eventos cósmicos.
El tiempo de los árboles
De acuerdo a una nota de prensa, el uso de estas técnicas permitió determinar que en 993 ocurrió una lluvia de rayos cósmicos, pero este fenómeno hizo posible un descubrimiento aún más impactante: en L’Anse aux Meadows, Canadá, se analizaron muestras de madera que evidencian rastros arqueológicos y culturales vikingos, producidos exactamente en el año 1021 d.C.
Las piezas de madera estudiadas en la zona del antiguo asentamiento vikingo muestran cortes y rebanadas realizadas con cuchillas de metal, un material no producido por los pueblos americanos que habitaban la región en ese momento. Los investigadores creen que los vikingos, guerreros germánicos procedentes de gran parte de los actuales países nórdicos, establecieron asentamientos en Islandia, Groenlandia y, finalmente, en Canadá.
En un nuevo estudio publicado recientemente en la revista Nature, los científicos remarcan que la producción de radiocarbono que ocurrió entre 992 y 993 d. C. se ha detectado en archivos de anillos de árboles de todo el mundo. Cada una de las tres muestras de madera recogidas en L’Anse aux Meadows exhiben esta señal: en función de la cantidad de anillos de crecimiento (equivalente a años) antes del borde de la corteza, específicamente 28, los especialistas pudieron concluir que la actividad de corte en la madera canadiense realizada por los vikingos tuvo lugar en el año 1021.
Una nueva concepción
Distintas teorías y leyendas han sostenido desde hace mucho tiempo la presencia vikinga en América del Norte con anterioridad a la llegada de los españoles, aunque se cree que la visita fue corta: el paso fugaz de los vikingos explicaría por qué existe una escasa evidencia arqueológica de su impacto en la zona.
Más allá de esto, el descubrimiento confirma que la presencia europea en América sería anterior a la llegada de la primera expedición de Cristóbal Colón en 1492, por mandato de los Reyes Católicos, Isabel de Castilla y Fernando de Aragón. La nueva fecha cambia al mismo tiempo el momento en el cual se habría producido el contacto entre las civilizaciones europeas y americanas, a partir del cual se ha generado un intercambio cultural que modificó a la humanidad para siempre.