Hallan una presencia humana desconocida en Atapuerca hace 600.000 años

La aparición de varias herramientas de piedra sugiere que el yacimiento burgalés estuvo ocupado de forma ininterrumpida desde hace 1,2 millones de años.

Una lasca de cuarcita localizada en el nivel 8 de Gran Dolina, en Atapuerca, de hace 600.000 años / AOC / EIA

El hallazgo en el yacimiento de Gran Dolina de varias herramientas de cuarcita ha evidenciado, por primera vez, la presencia humana en Atapuerca (Burgos) hace entre 500.000 y 600.000 años. Los utensilios de carnicería -los últimos han aparecido esta misma mañana y los paleoantropólogos esperan encontrar aún más en el futuro- resultan especialmente valiosos porque aportan información sobre una época de la que se conoce muy poco en toda Europa, al tiempo que sugieren que la sierra burgalesa estuvo ocupada prácticamente sin interrupción desde hace al menos 1,2 millones de años.

La industria lítica encontrada en el nivel 8 de Gran Dolina se compone de cantos de río trabajados para descuartizar animales cazados y quizás fabricar herramientas de madera. Quiénes fueron sus creadores es un misterio. «No sabemos qué tipo de homínidos eran», reconoce José María Bermúdez de Castro, codirector de Atapuerca, tras dar a conocer los resultados de las últimas excavaciones, marcadas por el parón debido a la pandemia del covid-19. La razón principal es que existen escasos restos de esa época en Europa. La pieza más importante es la mandíbula de Mauer, descubierta en 1907 en la localidad alemana del mismo nombre y cuya especie humana fue bautizada con el nombre de Homo heidelbergensis. «Se trataba de un homínido de aspecto bastante arcaico, pero con características que ya apuntaban a los neandertales», indica el investigador.

El nuevo hallazgo sugiere que probablemente Atapuerca estuvo ocupada desde hace unos 1,2 millones de años, época a la que pertenece el trozo de mandíbula encontrada en 2007 en la Sima del Elefante (el fósil europeo más antiguo) hasta la actualidad. Hace 850.000 años se asentó allí Homo antecessor. «Desde entonces y hasta hace 120.000 años seguramente todas las poblaciones estaban relacionadas. Tenían un mismo origen, el suroeste de Asia, lo que ahora son Irak, Siria e Israel», explica Bermúdez de Castro. A su juicio, «fueron llegando poblaciones, unas aculturaron a otras, pudieron hibridarse, algunas desaparecieron… Es un modelo muy complejo del que todavía no tenemos idea».

Dientes de oso

Pero, ¿por qué hay tan pocos restos de hace 600.000 años? Según el especialista pueden existir varias razones. Una de ellas es que esos homínidos no utilizaban las cuevas, hacían todas sus actividades al aire libre, por lo que sus restos no se conservaron. Además, la densidad demográfica era muy baja, quizás un individuo cada 5 km cuadrados, agrupados en pequeños clanes en lugares donde había caza y agua disponibles.

El codirector de Atapuerca cree que se encontrarán aún más herramientas en ese nivel de la Gran Dolina y «ojalá, aunque es muy difícil, restos humanos». De momento, se sabe que hay animales. Unos dientes de oso asoman entre las rocas. Se han protegido para ser excavados el año que viene junto a otros restos.

ABC