Una mascarilla que permite a los discapacitados auditivos leer los labios

Un artículo que prácticamente se ha convertido de primera necesidad en estos tiempos de pandemia es el cubrebocas.

Mascarilla traslúcida. / ITESO

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) este dispositivo, aunado con otras medidas, puede ayudar a disminuir el riesgo de contagio de COVID-19. Sin embargo las características y el uso de esta prenda deben ser muy específicos para que sea realmente efectiva.

Por medio del Proyecto de Aplicación Profesional (PAP) “Diseño e ingeniería de objetos para la mitigación y combate de desastres y contingencias”, cinco estudiantes de las carreras de Ingeniería Industrial, Ingeniería Mecánica y de la Licenciatura en Diseño trabajan en el desarrollo de un cubrebocas inclusivo, sustentable, ergonómico y altamente efectivo. El equipo es liderado por Miguel Huerta Gutiérrez, profesor del Departamento del Hábitat y Desarrollo Urbano (DHDU) del ITESO (México).

“Se trata de un producto de bajo costo que se puede fabricar en México. Desde el ITESO es algo que podemos mejorar a nivel de diseño y algo que podemos fabricar a nivel de ingenierías”, mencionó, y añadió que también se consideran opciones para hacer más sustentables los procesos y materiales para la creación del cubrebocas.

“Le estamos apostando no sólo a que sea un N95, sino que incluso pueda ser N96 o N97, es decir, que pueda retener hasta 97 por ciento de las partículas aéreas. Esto es importante porque mientras más alto sea este índice, disminuye más el riesgo de contagio”, señaló Huerta.

El cubrebocas es incluyente, pues el material utilizado es transparente, lo cual permite que se pueda ver la boca del usuario y facilitar que personas con discapacidad auditiva puedan leer los labios. Más allá de su función como cubrebocas, el proyecto también le apuesta a la reactivación económica de la región y el apoyo a los sectores más vulnerables de la población. De esta manera talleres de termoformado, inyección de plásticos o pequeñas empresas de la industria textil se podrían sumar a la producción de esta prenda.

“A veces no nos damos cuenta de en qué México estamos. Queremos que todo mundo esté en su casa y usando cubrebocas, pero para muchísima población hacerlo no es factible. En las empresas los parámetros de seguridad implican dar a sus empleados equipamiento que es muy costoso, incluyendo cubrebocas N95 fabricados en el extranjero”, comentó.

La producción local también permitiría dejar de importar este insumo de países como China o Estados Unidos.

El equipo consideró que el diseño del cubrebocas fuera apto para evitar el contacto con la cara al momento de colocarlo o retirarlo, que es otra medida recomendada por la OMS en el contexto de la pandemia por Covid-19. El filtro sólo se puede colocar de una manera, por lo que se garantiza que el uso siempre será el correcto.

El equipo estima que el precio de este cubrebocas podría ser hasta 50 por ciento menos que los N95 que hoy en día se encuentran en el mercado, con una efectividad igual o hasta mayor.

El desarrollo del proyecto no para con el cubrebocas, debido a que el equipo también trabaja en una caja de desinfección con rayos UV para lograr la desinfección de estos dispositivos con la finalidad de alargar la vida útil de los mismos y garantizar la seguridad de quien los use.

“La idea es desarrollar una caja que tenga la capacidad para desinfectar seis cubrebocas en menos de un minuto, reduciendo abismalmente el desperdicio”, dijo Huerta.

Para los estudiantes este proyecto significó una exhaustiva investigación y revisión de temas como análisis de riesgos, materiales y creación del concepto. “Esta es la importancia de la multidisciplina en los proyectos”, señaló el profesor. Además del aspecto formativo del cubrebocas, “los alumnos pueden ver que su conocimiento aplicado puede generar grandes cosas. Ven que como profesionales tienen la capacidad y la responsabilidad de hacer un cambio en su país”.

César Iván Velarde González, alumno de octavo semestre de Ingeniería Mecánica, señaló que el principal objetivo del proyecto es la reactivación económica, ya que diversos sectores de la industria podrían participar en la elaboración del cubrebocas y posteriormente otros tantos podrían beneficiarse del uso de este artículo por parte de sus trabajadores.

A pesar de tratarse de un PAP de reciente creación, Velarde González reconoció ahí una oportunidad para sumar en el contexto de la pandemia. “Creo que, sin importar nuestra profesión, siempre deberíamos buscar cómo ayudar. De nada sirve un abogado, un ingeniero o cualquier profesional si no se preocupa por su comunidad. Es parte de lo que nos da ITESO: nos sensibiliza para tomar los conocimientos de nuestras carreras y ponerlos al servicio de los demás, en vez de servirse de ellos”, dijo.

Para Paulina Ramírez Enríquez, próxima a graduarse de la Licenciatura en Diseño, es de resaltar el impacto social, económico y ecológico que puede tener este desarrollo. En este último aspecto, añadió que además de tratarse de un cubrebocas reutilizable se está pensando en opciones para incluirlo en un ciclo de reciclado una vez que sea desechado definitivamente.

La alumna comentó que formar parte de este proyecto le ha servido de inspiración, pues pone a los diseñadores, investigadores y desarrolladores mexicanos a la altura de equipos reconocidos internacionalmente.

“Es un proyecto que en verdad puede tener un gran impacto en la vida de las personas. Es una tarea muy intensa y todo el equipo está realmente entregado para que el cubrebocas sea, más que estético, eficiente, porque se trata de la seguridad de las personas”, concluyó.

Este PAP se impartió en el ciclo escolar Verano 2020 para trabajar en soluciones en el marco de la emergencia sanitaria, que beneficien particularmente a los grupos más vulnerables, así como para facilitar la labor del personal sanitario y del sector industrial, entre otros. Se prevé que en futuras ediciones de este PAP se sigan trabajando proyectos que puedan impactar en otros contextos de desastres naturales.

NCYT