Un sensor a base de bacterias para ingerirlo y que diagnostique posibles enfermedades gastrointestinales

Unos investigadores han construido un sensor ingerible equipado con bacterias modificadas genéticamente que puede servir para diagnosticar el sangrado en el estómago u otros problemas gastrointestinales.

Unos ingenieros del MIT han diseñado un sensor ingerible, equipado con bacterias, que está programado para detectar las condiciones ambientales y enviar la información a un circuito electrónico. / Melanie Gonick/MIT

La nueva técnica combina sensores hechos en parte de células vivas, con electrónica de energía ultrabaja que convierte la respuesta bacteriana en una señal inalámbrica que puede ser leída por un smartphone.

Este avance es obra del equipo de Timothy Lu, profesor de ingeniería electrónica y ciencias de la computación, así como de ingeniería biológica, en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), en Cambridge, Estados Unidos.

Lu y sus colaboradores, incluyendo a Anantha Chandrakasan, Mark Mimee y Phillip Nadeau, crearon sensores que responden al hemo, un componente de la sangre, y comprobaron que funcionan en cerdos. También diseñaron sensores que pueden reaccionar a una sustancia que es un marcador de la inflamación.

Durante la pasada década, los expertos en biología sintética han hecho grandes avances en la modificación de bacterias para que respondan a estímulos tales como los agentes contaminantes medioambientales o los marcadores de enfermedades. Estas bacterias pueden ser acondicionadas para producir señales, por ejemplo de tipo luminoso, cuando detectan el estímulo escogido como objetivo, pero habitualmente se necesita equipamiento de laboratorio especializado para medir esta respuesta.

A fin de hacer mucho más práctico el uso de estas bacterias, el equipo del MIT decidió combinarlas con un chip electrónico que pudiera traducir la respuesta bacteriana en una señal inalámbrica.

NCYT