Los terremotos producen ondas sísmicas bajo la superficie de la Tierra que viajan miles de kilómetros y, cuando encuentran cambios en la densidad o la composición de la roca, producen ecos que se pueden detectar. Los geofísicos estadounidenses utilizaron el algoritmo de aprendizaje automático Sequencer —desarrollado para los estudios espaciales— para analizar 7.000 sismogramas de cientos de terremotos de magnitud 6,5 y mayores que ocurrieron alrededor de la cuenca del océano Pacífico desde 1990 hasta 2018.

Scientists detect unexpected widespread structures near Earth’s core https://t.co/UPHUVJ3RCe

— Alan Altmann (@aaltmann) June 12, 2020

Al examinar los datos obtenidos, llegaron a la conclusión de que hay una insólita estructura “muy densa y caliente” debajo de las islas Marquesas, en la Polinesia Francesa.

“Hemos obtenido una perspectiva totalmente nueva”, declaró el autor principal del estudio, Doyeon Kim.
El científico subrayó que el uso del algoritmo de aprendizaje automático permite a los científicos “ser capaces de detectar sistemáticamente los ecos sísmicos y obtener nuevos conocimientos sobre las estructuras en la base del manto, que han permanecido en gran medida enigmáticas”.

l equipo de Kim detectó ecos en alrededor del 40% de todas las trayectorias de ondas sísmicas, lo que significa que las estructuras en el límite entre el núcleo y el manto terrestres “están mucho más extendidas”, explicó otro investigador, Vedran Lekic.

Asimismo, los autores del estudio descubrieron que una mancha situada debajo de Hawái, que también produce ecos excepcionalmente fuertes, es mucho más grande que las estimaciones anteriores. Este tipo de estructuras, conocidas como zonas de velocidad ultrabaja, se encuentra cerca de las llamadas plumas volcánicas, donde la roca caliente se eleva desde la zona del límite entre el núcleo y el manto.

Sputnik