La nieve de la Antártida se vuelve de color ‘rojo sangre’
February 27, 2020 El Mundo , Noticias¿Qué ha provocado que el níveo color de la nieve antártica se vuelva de un tono tan escalofriante? Esta es la explicación científica.
En esta época del año es verano en la Antártida, lo que significa temporada de temperaturas récord (ha habido una ola de calor de nueve días este mes) y, por desgracia, también una época de mayor derretimiento glacial como recordatorio de nuestro clima cambiante. Sin embargo, una nieve que parece salpicada de sangre ha aparecido en la Península Antártica estas últimas semanas. ¿Qué es esta nieve de color rojo sangre de aspecto tan siniestro?
Los investigadores ubicados en la Base de Investigación Vernadsky de Ucrania (localizada en la isla de Galindez, frente a la costa de la península más septentrional de la Antártida) observaron que el hielo alrededor de la base había pasado del prístino desierto de color blanco a verse cubierto de lo que los científicos conocen como “nieve de sandía”. El Ministerio de Educación y Ciencia ucraniano ha publicado varias fotografías que ilustran perfectamente esta nieve de color rojo y rosa que parece cortar los bordes de los glaciares e incluso zonas en las que aparecen charcos rojizos en las llanuras heladas.
¿Qué provoca esta nieve de sandía?
Aunque nos choquen las imágenes, se trata de un fenómeno habitual en los campos de nieve de todo el planeta. La “nieve de sandía” tiene una responsable: un alga microscópica tóxica llamada Chlamydomonas nivalis que prospera en temperaturas bajo cero. La germinación de esta colonia de algas es bastante veloz, por lo que se propaga con rapidez. Las algas producen esporas que hacen frente a las bajas temperaturas y permanecen vivas en la nieve. Les encanta el frío y son el equivalente a las algas que podemos encontrar en los ríos pero con distinta tonalidad.
Pero, ¿por qué se ve de color rosa o rojo? Porque además de la clorofila que todos conocemos por su característico color verde, poseen un pigmento rojizo (caroteno rojo, astaxantina) en su envoltura gelatinosa que les sirve de escudo para la radiación ultravioleta y así preservarlas de mutaciones genéticas. Se han encontrado organismos microscópicos en la nieve de todo el planeta desde hace miles de años; de hecho, el propio Aristóteles lo anotó en el siglo III a. C. Estas algas permanecen inactivas en la nieve durante el invierno pero, cuando el clima se caliente, como sucede ahora mismo con el verano antártico (entre octubre y febrero), las esporas quedan expuestas a la luz solar y empiezan a crecer como si de flores se tratara y a producir este fenómeno digno de película de terror. Este es el motivo por el que la nieve se tiñe de color rosa-rojizo.
“Esa nieve contribuye al cambio climático, porque la nieve de color rojo frambuesa refleja menos luz solar y se derrite más rápido”, explica el biólogo del Ministerio de Educación y Ciencia de Ucrania Andriy Zotov. “Como resultado, se forman más y más algas brillantes en la nieve”. Cuanto más hielo se derrita, más rápido se pueden propagar las algas. Eso, a su vez, conduce a un mayor calentamiento, más derretimiento y más floración de algas.
La doctora en física Mar Gómez explicaba en Twitter las consecuencias de este evento:
No es el único tipo de alga capaz de sobrevivir a temperaturas muy frías, hay unos 350 tipos diferentes capaces de hacerlo. Algunas de ellas pueden teñir la nieve de color negro, marrón o amarillo.
— Mar Gómez (@MarGomezH) February 26, 2020
Cuando las temperaturas frías regresan con el invierno, las algas se ponen en modo inactivo y el tinte rojo desaparece. Este fenómeno puede observarse en el Ártico, los Alpes y otros ecosistemas de alta montaña.
Aunque hemos visto esta nieve de color roja y también en rosa, los organismos unicelulares también pueden aparecer en diferentes colores, incluido el verde y, de forma menos frecuente, el naranja. Y todo parece indicar que, probablemente, vayamos a ver más eventos como este a medida que cambia el clima.