La Tierra se formó más rápido de lo que pensábamos
February 21, 2020 El Universo , NoticiasSegún un nuevo estudio, la proto-Tierra, se formó en aproximadamente cinco millones de años, muy rápido a escala de tiempo astronómica.
En los primeros días de nuestro sistema solar, la proto-Tierra tardó mucho menos tiempo en formarse de lo que pensábamos anteriormente. El estudio, desarrollado por científicos del Centro para la Formación de Estrellas y Planetas (StarPlan) en el Globe Institute de la Universidad de Copenhague (Dinamarca), concluye que la Tierra se formó en apenas cinco millones de años, extremadamente rápido a escala astronómica. Si lo comparamos con un periodo de 24 horas, la proto-Tierra se formó en un minuto y medio.
Estos resultados de StarPlan rompen con la teoría tradicional de que la proto-Tierra se originó por colisiones aleatorias entre cuerpos planetarios cada vez más grandes a lo largo de varias decenas de millones de años, lo que equivale a aproximadamente 5-15 minutos de esas ficticias 24 horas mencionadas anteriormente.
Teoría alternativa
Los hallazgos apoyan, por el contrario, una teoría alternativa más reciente sobre la formación de planetas a través de la acumulación de polvo cósmico. Y es que, hay que reconocer que a estas alturas del siglo XXI, aún no estamos del todo seguros de cómo se forman los planetas.
“Partimos del polvo cósmico, esencialmente. Objetos del tamaño de un milímetro, todos juntos, lloviendo sobre el cuerpo en crecimiento y haciendo el planeta de una vez”, explica Martin Schiller, líder del trabajo que publica la revista Science Advances. “Esta implicación de la rápida formación de la Tierra no solo es interesante para nuestro sistema solar. También es interesante evaluar la probabilidad de que se formen planetas en algún otro lugar de la galaxia”, continúa.
Cuando se trata de formación de planetas, se cree que pequeños trozos de polvo y roca en el disco comienzan a adherirse electrostáticamente. Luego, conforme van aumentando de tamaño, también lo hace su fuerza gravitacional. Empiezan a atraer otros grupos, a través de interacciones casuales y colisiones, aumentando de tamaño hasta que finalmente se convierten en un planeta entero.
Isótopos de hierro
Para la Tierra, creíamos que este proceso había llevado decenas de millones de años. Pero los isótopos de hierro en el manto de la Tierra, sugieren lo contrario. Los científicos realizaron las mediciones más precisas de isótopos de hierro hasta la fecha y, al estudiar la mezcla isotópica del elemento metálico en diferentes meteoritos, encontraron solo un tipo de material meteorítico con una composición similar a la Tierra: las llamadas condritas CI. Lo interesante de estos meteoritos es que tienen una composición similar al sistema solar en su conjunto, digamos que es como el elemento a granel del sistema solar.
Este proceso de polvo combinado con gas canalizado a través de un disco de acumulación circunestelar, duró aproximadamente cinco millones de años y nuestros planetas se fabricaron con material en este disco. Ahora, los investigadores estiman que el núcleo ferroso de la proto-Tierra también se formó durante este período.
El hecho de que la composición de nuestro planeta solo sea comparable al polvo de CI sugiere un modelo de formación diferente: a través de una lluvia de polvo cósmico, un proceso más rápido que la acumulación de rocas más grandes. Durante este tiempo, se formó el núcleo de hierro, absorbiendo el hierro temprano. Cuando el sistema solar se enfrió, después de sus primeros cientos de miles de años, el polvo de CI más lejano pudo migrar hacia adentro, hacia donde se estaba formando la Tierra. Se esparció por todo el planeta, básicamente sobrescribiendo el hierro que había en el manto.
“Este polvo de CI agregado sobreimprimió la composición de hierro en el manto de la Tierra, algo que solo es posible si la mayor parte del hierro anterior fue eliminada en el núcleo”, explicó Schiller.
Esta conclusión nos lleva a pensar que si así fue como se formó finalmente la Tierra, es posible que haya otros planetas en otras partes del universo que se pudieron haber formado de la misma manera.