Por qué la meditación puede ser un engaño y hasta un peligro, según Krishnamurti

Krishnamurti sobre los problemas y peligros de meditar sin una motivación correcta.

Jiddu Krishnamurti se caracterizó por una lógica y una sinceridad a veces avasalladora, inclemente para con la falsa espiritualidad. Él mismo nació dentro de una especie de secta new age -la teosofía-, la cual lo crió como si él fuera el nuevo maestro mundial, una encarnación de una divinidad, pero él se negó a este papel y formó su propio camino a través del pensamiento crítico y la autoobservación.

Krishnamurti pasó varios años viajando por el mundo respondiendo las preguntas de las personas con una implacable racionalidad, analizando las creencias y los engaños comunes del pensamiento en el mundo de los buscadores espirituales.

En una ocasión contestó  a la pregunta sobre el valor de sentarse en silencio a observar los pensamientos, lo que en otras palabras conocemos como la meditación. Uno esperaría que Krishnamurti elogiara a la meditación, después de todo en otras partes el escribió favorablemente sobre la meditación. Pero esto habría sido demasiado obvio. Krishnamurti, en cambió, analizó con enorme lucidez qué es lo que nos motiva a meditar y cómo esto transforma o trastorna esta práctica. Estas palabras son especialmente apropiadas para una era que en cierta forma ha abrazado la meditación dentro del movimiento del mindfulness que fundamentalmente usa la meditación como un entrenamiento de la mente para ser más productivos o adaptarse mejor al mundo moderno. Pero el mismo Krishnamurti advirtió “no es sano estar bien adaptado a una sociedad enferma” y la meditación en gran medida se ha convertido en un mecanismo de adaptación o de aventajamiento dentro de esta sociedad. El maestro indio explica:

Sentarte en silencio puede hacer que te relajes, te permite observar tus reflejos, tus reacciones, etc…. [Pero cabe preguntarnos] detrás de todas estas llamadas meditaciones, ¿cuál es la motivación de todas esas personas que buscan calladamente, juntas o solas? ¿Acaso no es importante investigar esto antes de hacerlo todos los días media hora o algo así? ¿Es por qué alguien más te dijo que al sentarte en silencio tendrás algún tipo de experiencia parapsicológica, algún tipo de entendimiento, de paz y poder? Y nosotros de manera crédula pagamos miles de dólares para recibir instrucciones y un mantra … una palabra sánscrita (qué es mucho más romántica que repetir Coca-Cola).

Krishnamurti critica conocidas técnicas de meditación y sobre todo el acercamiento utilitario a la misma, la idea de sentarse en silencio para obtener una especie de beneficio mágico o psicológico. Si hacemos las cosas para obtener una recompensa eso marcará de manera importante la misma práctica. Como Heidegger ha notado en su crítica de la tecnología, no ve el mismo árbol la persona que piensa en cortarlo y en producir leña que la persona que simplemente espera en silencio y observa desapegadamente el ser que aparece y se ilumina en las cosas. En nuestro acercamiento predeterminamos la respuesta y afectamos el experimento. Si lo que queremos es conocernos y conocer la realidad este modo utilitario impide el auténtico silencio y la actitud de receptividad que posibilita el conocimiento.

Krishnamurti agrega que este modo utilitario de meditar en busca de un progreso espiritual puede llevar a todo tipo de problemas y engaños psicológicos, desbalances mentales,  y estados vagamente neuróticos. No sólo Krishnamurti lo advierte, sino las tradiciones espirituales mismas tienen una vasta tradición oral y escrita advirtiendo sobre los peligros de la motivación incorrecta. Y entonces, ¿cuál es la motivación correcta? Fundamentalmente es la no-motivación, no ser movido por algo ulterior. En esto coinciden el Buda, Platón, Krishna y Krishnamurti entre otros. Krishnamurti explica que cuando algo nos interesa nos volvemos naturalmente atentos. Esta atención natural es lo esencial. “Pero no nos interesan las montañas o el agua, nos interesa lograr algo, llegar a algún lugar en la sociedad… criticamos a la corrupción de la sociedad, pero no nos importa estar nosotros corrompidos espiritualmente.” Puesto que hacer las cosas para obtener un beneficio espiritual es una forma de corrupción, como lo sería, por ejemplo, capitalizar el afecto en una relación con un amigo o con una pareja , pero creemos que de alguna manera la espiritualidad está exenta de esta pureza de intención.

Lo esencial, entonces, es el estado de silencio y atención natural de una mente que está con los objetos presentes, que no piensa en el pasado o el futuro, que no se entretiene en deseos, miedos y otras proyecciones. La meditación en este sentido para Krishnamurti es como una ciencia en la cual el científico busca eliminar todo ruido de los aparatos con los que investiga un objeto. Pero esta búsqueda, si quiere eliminar todo el ruido, todo el parloteo de la mente, debe hacerse sin esfuerzo, de otra manera será imposible evitar el ruido y se creara una nueva barrera para el estado auténticamente contemplativa: la programación forzosa y mecánica. Esta es la gracia de la meditación, silencio sin esfuerzo.

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