Esos ‘replicantes’, que de momento solo se ofrecerán en versión sentada, son “una nueva etapa en el desarrollo de la robótica”, destacó.

Umnov señaló que la empresa ya produce los robots Promobot V.4 que “tienen características humanas genéricas y son capaces de comunicarse con personas”, mientras mediante sus nuevos Robo-C la empresa rusa espera poder resolver la cuestión del llamado valle inquietante, una hipótesis que afirma que cuando un androide se parece demasiado a un ser humano, despierta rechazo en las personas reales.

“Con el androide que anunciamos hoy intentamos superar este efecto para que un robot sea de verdad indistinguible del humano (que lo encarga) y pueda inspirarle confianza” al cliente, explicó.

La empresa ya tiene varios pedidos para esos robots: “uno para un cliente de Emiratos Árabes Unidos que hizo un pedido anticipado para uso personal, y además mantenemos negociaciones con una universidad médica y varios bancos (en Rusia)”, indicó.

Reveló que un hombre solicitó construir una copia humanoide de su hijo fallecido. La empresa todavía no ha decidido si procederá a cumplir este pedido “por dudas éticas”.

“¿Es ético resucitar a una persona muerta?”, así es la cuestión que intenta resolver ahora Promobot, explicó Umnov.

El portavoz de la empresa rusa afirmó que los sistemas de inteligencia artificial de Promobot permiten a sus humanoides “hablar con una persona de temas generales, mantener una conversación, responder a preguntas”.

Por ejemplo, si uno de esos robots va a trabajar en un banco, indicó, “cargaremos en él toda la información sobre los servicios bancarios, y entonces podrá prestar toda la asistencia necesaria”.

Apuntó que para crear una réplica robotizada de una persona concreta, la empresa “diseña un modelo lingüístico que se basa en las expresiones típicas de ese individuo”.

“Así, es muy fácil hacer una copia de una celebridad, porque se puede encontrar mucha información sobre ella, podemos aprovechar las entrevistas, por ejemplo, y a partir de todo eso construiremos una red neuronal que analizará todos los datos y configurará el vocabulario”, relató.

Para crear un doble de una persona común, señaló, pueden servir sus mensajes en redes sociales, grabaciones y correos.

La compañía ya tiene la capacidad para producir al menos cinco Robo-C al mes.

El precio mínimo de un androide, capaz de reproducir más de 600 microexpresiones faciales, es de 1,2 millones de rublos, o 18.600 dólares.

La empresa está presente en 35 países, entre ellos España, Brasil, Chile y México.

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