Este bosque de círculos concéntricos en Japón no es obra de la naturaleza
La forma peculiar en el crecimiento de estos árboles, localizados en la prefectura japonesa de Miyazaki, no es resultado únicamente de su instinto natural.
Las imágenes que acompañan este artículo no son el resultado de una manipulación fotográfica o algún otro tipo de truco. Por más extraño que parezca, en realidad existe un bosque en donde los árboles han crecido de tal forma que han dado lugar a estas figuras peculiares en círculo. La explicación no es sencilla, pero sigue estando dentro de los límites de este mundo. No es necesario suponer la intervención de entidades extraterrestres o metafísicas.
Pero antes de eso, precisemos. Las fotografías muestran la zona de bosque localizado en la prefectura de Miyazaki, al sur de la isla Kyushu (a su vez la tercera más grande de las cuatro que integran Japón), una región particularmente fértil y rica en vegetación a causa de las lluvias abundantes que la riegan durante buena parte del año.
En la década de 1970, el Ministerio de Agricultura, Bosques y Pesca del gobierno de Japón aprobó un experimento para conocer el efecto del espacio sobre el crecimiento de los árboles, y eligieron la zona forestal en las inmediaciones de la ciudad de Nichinan para implementarlo.
En 1973, investigadores adscritos al ministerio acudieron a la zona y plantaron árboles en forma de círculos con 10º de separación entre cada uno, hasta formar 10 vueltas.
Y si bien en las imágenes satelitales los árboles parecen haber conservado la circunferencia, una observación atenta reveló que con los años adquirieron más bien un patrón convexo (es decir, extendiéndose hacia el exterior), lo cual hizo ver a los investigadores que el espacio sí es un factor determinante en el desarrollo de los bosques.
Originalmente, en el marco del proyecto se aconsejó la tala de estos árboles cinco años después de que el experimento se diera por concluido, pero las autoridades japonesas involucradas decidieron conservarlos, para fortuna de muchos sin duda, tanto de la vida silvestre como de las personas capaces de encontrar belleza en el mundo.
