¿Ciudades subacuáticas? La solución a la superpoblación del planeta

Durante casi 100 años, los científicos han estado fantaseando con la idea de crear casas y ciudades submarinas. Se trata de una manera original de abordar el problema de la superpoblación del planeta. La agencia rusa RBC hace un repaso a estas ‘hidrópolis’ actuales.

CC0 / Pixabay

Las hidrópolis modernas son edificios en el fondo del océano. Pueden albergar casas, hoteles, restaurantes o laboratorios. La idea de crear casas submarinas llegó hasta los científicos después de que vieran el problema que representaba la superpoblación del planeta. Y es que el número de habitantes aumenta anualmente en 80 millones de personas

Los científicos modernos creen que el nivel crítico de superpoblación de la Tierra llegará a mediados del siglo XXI. Los investigadores sostienen que la vida submarina es mucho más cómoda que en tierra: no hay fenómenos atmosféricos, ni terremotos, ni cambios de presión. Se supone que las ciudades submarinas recibirán energía con la ayuda de plantas alimentadas por las mareas y por generadores.

¿Cómo son las hidrópolis?

Los deseos de asentarse en el fondo del océano no se han hecho realidad hasta el día de hoy, pero los intentos siguen. Sobre todo dando sus frutos están varios restaurantes y hoteles. Puede ser el primer paso.

Jules Undersea Lodge es un hotel submarino en Florida (EEUU). Las habitaciones tienen una longitud de 15 m, una anchura de 6 m y una altura de 3 m. El aire, el agua y la electricidad son suministrados a las habitaciones desde la costa por una manguera especial, y en caso de accidente en el hotel se instala un sistema autónomo de soporte vital.

El Jules Undersea Lodge de Florida / © FOTO: JULES UNDERSEA LODGE

Las habitaciones están equipadas con ducha, aseo y aire acondicionado. También con nevera, microondas, TV, equipo de música y reproductor de DVD. El coste del alojamiento es de 300 dólares el día.

Under es otro restaurante submarino, esta vez en Noruega, que abrió sus puertas en marzo de 2019 frente a la costa de Lindesnes. Está diseñado para 40 personas que pueden observar la vida de las criaturas del mar a través de una ventana panorámica mientras degustan la cocina.

 

 

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Setting up the dining room for tonight’s dinner service 🐟#underlindesnes

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Under Foto: Inger Marie Grini.

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Una espiral bajo el mar

En 2012, la empresa japonesa Shimizu presentó el proyecto Ocean Spiral de alta mar. Si el concepto se hace realidad, 5.000 personas podrán vivir debajo del mar. El plan es que Ocean Spiral incluya una esfera con un diámetro de 500 m flotando en la superficie del agua. Bajo ella habrá una pista en espiral de 15 km de longitud que lo conectará con el centro de investigación, situado a una profundidad de unos 3 o 4 km. Ocean Spirals utilizará la diferencia en la temperatura del agua del océano y la presión hidráulica para producir energía y desalinizar el agua. La ejecución del proyecto requerirá unos 26.000 millones de dólares y unos cinco años.

En un futuro próximo, proyectos a gran escala de complejos residenciales y ciudades con rascacielos, bulevares y tiendas pueden aparecer en el fondo del océano.

En 2006, unos arquitectos de los Emiratos Árabes Unidos presentaron el proyecto de un hotel submarino en Dubái con habitaciones situadas a una profundidad de 10 m. El edificio del Water Discus Hotel tiene forma de nave espacial. Y se espera que el hotel ayude a los turistas a explorar las profundidades de los océanos.

El interior del Water Discus. Por ahora, un concepto / © FOTO: WATER DISCUS

Otro proyecto de hidrópolis es el desarrollado por el arquitecto británico Phil Pauley. Propone construir una ciudad autónoma denominada Sub-Biosphere en el fondo del océano.

Según la idea del autor, el proyecto consistirá en ocho cápsulas gigantes con un diámetro de 340 m: una central, un módulo de observaciones y unidades residenciales en las que podrán recibir 100 personas.

El rascacielos submarino The Gyre es otro ejemplo de locura acuática: un rascacielos flotante diseñado en 2010. Se trata de una estructura invertida con una superficie de 212.000 metros cuadrados. Alcanzaría, en total, los 400 m de profundidad.

Sputnik