Inventan una bebida que permite disfrutar de lo bueno del alcohol evitando todo lo malo
May 24, 2019 Bienestar , NoticiasDavid Nutt era un estudiante de doctorado cuando descubrió una sustancia que revertía los efectos de la embriaguez y que, si se tomaba estando ebrio, producía la sobriedad, aunque, si se tomaba sobrio, causaba convulsiones.
Supo que podía ser posible disfrutar de los efectos positivos del alcohol (relajarción, desinhibición, sensación de felicidad) sin padecer los negativos (resacas, problemas de salud, etc.)
Finalmente, un equipo de científicos, liderados por Nutt (hoy Director de la Unidad de Neuropsicofarmacología en el Imperial College de Londres) ha diseñado una bebida sin alcohol, que produce desinhibición y euforia, pero sin resacas ni los daños que sí produce el alcohol.
La bebida se llama Alcarelle, también conocida como Alcosynth. Hasta la fecha tienen patentados 90 tipos de Alcosynth que sustituirían distintos alcoholes aunque, en realidad, solo se están haciendo pruebas con dos.
La complicación radicó en encontrar la molécula correcta y, además, conseguir llevarla a una bebida.
Disfrutar de lo bueno del alcohol evitando lo malo
Es evidente la fuerte presencia del alcohol en nuestra sociedad, aún siendo el causante de la muerte de más de 3 millones de personas al año en el mundo, según el Informe Mundial de Situación sobre Alcohol y Salud 2018
de la Organización Mundial de la Salud.
Solo el poder acabar con alguno de sus efectos más negativos –enfermedades (cáncer, cardiovasculares), problemas de salud mental, violencia, resaca, etc. –, nos permitiría reducir considerablemente los costes sociales y sanitarios que derivan del consumo de alcohol.
Por ello, esta sustancia podría ser vista como una posibilidad de disfrutar de los efectos placenteros similares al alcohol, pero evitando los daños que provoca y sin pérdida del control.
¿Es Alcarelle una solución válida para combatir los efectos del alcohol?
Alcarelle sería una bebida sintética, así que lo más probable es que se acabe regulando como un aditivo, o un ingrediente alimentario, al que se aplicarán las regulaciones alimentarias.
Por eso el objetivo principal de Nutt y su equipo es verificar que la molécula es segura y que carece de los efectos nocivos del alcohol (enfermedades del corazón, daños al hígado, al cerebro y al sistema nervioso, etc., por no hablar de otro tipo de daños paralelos, como son los accidentes de tráfico).
Es decir, evidenciar que Alcarelle es absolutamente diferente al alcohol. Pero solo para pasar la etapa de pruebas para su aprobación tendrán que transcurrir más de 5 años.
Nutt, Orren y su equipo, más que crear una empresa de bebidas, desearían suministrar el ingrediente activo para que sean las empresas quienes elaboren y comercialicen los productos.
Ciertamente, la tendencia actual de la industria es la de buscar alternativas responsables y saludables al alcohol, por lo que, seguramente, una vez que consiga la aprobación de Alcosynth, la industria será un potencial colaborador muy interesado en investigar y encontrar sabores y replicar los diversos alcoholes existentes.
Siempre se ha dicho que es difícil “luchar” contra el consumo de alcohol, pues tiene una gran implicación social y genera felicidad, pero lo cierto es que si Alcarelle consigue pasar todos los filtros, sería más que un magnífico sustituto, pues carecería de los efectos negativos de éste. Podría ser la ser la bebida perfecta para cualquier fiesta o comida.
A priori, parece que la única tacha que pondríamos a Alcosynth es la de que no es “natural”, lo que será un próximo proyecto para el equipo de Nutt: encontrar estas moléculas en la naturaleza.
Conclusión
Pese a los efectos negativos del alcohol, está muy presente en nuestra sociedad, a pesar de ser el culpable de la muerte de más de 3 millones de personas al año, según ha publicado la Organización Mundial de la Salud (Informe Mundial de Situación sobre Alcohol y Salud 2018).
Entre sus efectos negativos estaría la violencia, los problemas de salud mental y las enfermedades en nuestra salud, lo que conlleva un gran coste sanitario y social. A pesar de ello, se prevé que el consumo mundial de alcohol aumente en los próximos diez años.
La realidad nos muestra que, solo en nuestro país, alrededor de un 75% de los menores de 18 años, consume alcohol. El alcohol está muy presente en las relaciones sociales de los jóvenes, especialmente en el llamado “botellón”, donde se bebe de forma descontrolada en un breve espacio de tiempo.
El alcohol tiene un gran poder adictivo y su consumo abusivo tiene consecuencias muy negativas, tanto físicas, como psíquicas y sociales.
Alcarelle parece que nos permitirá hablar de una alternativa “saludable y responsable” al alcohol, sin ninguno de sus efectos negativos. Habrá que estar pendientes…