Compartimos las ondas cerebrales con nuestros amigos

Los investigadores saben hace mucho tiempo que las personas eligen a amigos que son muy similares a ellos en una gran variedad de atributos: de edad, raza, religión, status socioeconómico, nivel educativo, inclinación política, belleza física e incluso fuerzas similares en el apretón de manos. La tendencia a la homofilia, el forjar lazos con otros que son lo menos diferentes posible, se encuentra tanto entre los grupos de cazadores-recolectores tradicionales como en las sociedades capitalistas avanzadas.

Keith Negley

Nuevas investigaciones sugieren que las raíces de la amistad se extienden a mayor profundidad de lo que se creía.

Los científicos han encontrado que los cerebros de amigos cercanos responden de maneras increíblemente similares al ver una serie de videos cortos: las mismas fluctuaciones de atención y distracción.

Los patrones de respuestas neurales evocadas por los videos —sobre temas tan diversos como los peligros del fútbol americano colegial, el comportamiento del agua en el espacio y Liam Neeson intentando hacer comedia de improvisación— resultaron tan congruentes entre amigos, en comparación con los patrones vistos entre personas que no guardaban amistad, que los investigadores podían predecir la fuerza del lazo social de dos personas tan sólo sobre la base de sus escaneos cerebrales. “Me impactó la excepcional magnitud de la similitud entre personas con amistad”, dijo Carolyn Parkinson, científica cognitiva en la Universidad de California, en Los Ángeles.

Parkinson y sus colegas, Thalia Wheatley y Adam M. Kleinbaum del Colegio Dartmouth, en New Hampshire, reportaron sus resultados en la revista Nature Communications.

“Creo que es un estudio increíblemente ingenioso”, dijo Nicholas Christakis, biosociólogo en la Universidad de Yale.

“Sugiere que los amigos guardan parecido entre sí no sólo físicamente, sino en las estructuras mismas de sus cerebros”.

Los hallazgos ofrecen evidencia del vago sentido que tenemos de que la amistad es más que likear los cuadros correctos en un perfil de Facebook. Se trata de algo que llamamos buena química.

“Nuestros resultados sugieren que los amigos podrían ser similares en la forma en que ponen atención y procesan el mundo a su alrededor”, dijo Parkinson.

El nuevo estudio es parte de un aumento en el interés científico por la amistad. Detrás del entusiasmo está la evidencia demográfica de que la falta de amistades puede ser venenosa y cobra una factura física y emocional comparable con la de factores de riesgo más conocidos como obesidad, alta presión arterial, falta de ejercicio o fumar.

Los científicos quieren saber qué precisamente hace que la amistad sea tan saludable, y están reuniendo indicios interesantes.

Christakis y otros demostraron recientemente que las personas con fuertes lazos sociales tenían concentraciones relativamente bajas de fibrinógeno, una proteína asociada con la clase de inflamación crónica que se cree es la fuente de muchas enfermedades.

Los investigadores también se sienten intrigados por la evidencia de amistad entre animales no humanos, y no sólo en los candidatos obvios, como los primates, los delfines y los elefantes.

Gerald G. Carter del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales, en Panamá, y sus colegas reportaron el año pasado que los murciélagos vampiro hembras cultivan relaciones cercanas con hembras sin relación sanguínea y en épocas difíciles compartirán comidas de sangre con esas amigas —un acto salvavidas para animales que no pueden sobrevivir mucho más de un día sin alimento.

Tras años de seguir el comportamiento de una gran manada de carboneros comunes, Josh A. Firth de la Universidad de Oxford y sus colegas hallaron que cuando moría o desaparecía un buen amigo de un pájaro, el carbonero común desolado empezaba a aproximarse a otros pájaros para reemplazar al camarada perdido.

En la nueva investigación, Parkinson enfatizó que ella y sus colegas aún desconocen qué significan los patrones de respuestas neurales: qué actitudes, opiniones o impulsos podrían estar detectando los escaneos.

En seguida planean realizar el experimento a la inversa: practicar escaneos a estudiantes de nuevo ingreso que aún no se conocen y ver si los que tienen patrones neurales más congruentes terminan siendo buenos amigos.

Alexander Nehamas, profesor de filosofía en la Universidad Princeton, en Nueva Jersey, dijo del estudio: “Las elecciones estéticas que hacemos, las cosas que nos gustan, el gusto que tenemos en arte, obras de teatro, tv y mobiliario —cuando lo grupas todo son componentes absolutamente esenciales de nuestro carácter, un indicador de quiénes somos”.

©2018 The New York Times

Clarín