Durante 430 millones de años, oculto bajo unas rocas en Inglaterra, Cthulhu esperó a ser descubierto. Ahora, finalmente, la criatura de ficción ideada por H. P. Lovecraft ha visto la luz y, honestamente, es mucho más pequeña de lo que esperábamos.
Este fósil de Cthulhu está relacionado con los pepinos de mar, y se remonta al período silúrico, cuando aparecieron los primeros peces óseos. Su pequeño cuerpo de tres centímetros estaba completamente cubierto de placas óseas y 45 tentáculos blindados, que probablemente utilizaba para capturar alimentos y escabullirse en el fondo marino.
Es por estas características físicas por las que los paleontólogos que descubrieron a la ‘bestia’ le dieron el nombre de Sollasina cthulhu, en honor al famoso dios de los tentáculos del escritor estadounidense de relatos de terror y ciencia ficción: una entidad gigantesca adorada por los cultistas.
La diminuta bestia fosilizada está exquisitamente conservada.
Científicos tanto de la Universidad de Oxford como del University College de Londres (Reino Unido) dijeron que su nuevo y “monstruoso” descubrimiento proporciona nuevos conocimientos sobre la evolución de este grupo de especies.
Después de triturar capa tras capa de roca, pudieron crear una reconstrucción digital del cuerpo blando de la criatura conservado durante 430 millones de años.
“Realizamos varios análisis para determinar si Sollasina Cthulhu estaba más estrechamente relacionada con los pepinos de mar o con los erizos de mar. Para nuestra sorpresa, los resultados sugieren que era un pepino de mar antiguo ”, comenta Jeffrey Thompson. “Esto nos ayuda a comprender los cambios que ocurrieron durante la evolución temprana del grupo, que en última instancia dio origen a las formas de babosas que vemos hoy día”.
Según explican en la revista Proceedings of the Royal Society B que recoge el estudio, al igual que los descendientes de este animal marino que aún se arrastran a lo largo del fondo oceánico en la actualidad, este espécimen habría usado sus tentáculos para moverse y atrapar comida.
La excelente conservación de los tejidos blandos de la criatura incluso capturó elementos del sistema hidráulico que este grupo de animales utiliza para maniobrar en sus movimientos.
Los restos fósiles pertenecen a antiguos parientes de erizos de mar y pepinos de mar
Dentro de este sistema, las modernas estrellas de mar, los pepinos de mar y los erizos de mar tienen un sistema de canales que conectan sus numerosos pies de tubo; luego, se mueven contrayendo los músculos y forzando el agua alrededor de los canales.
Pero los pepinos de mar no tienen cuerpos blindados: son suaves y blandos. Esto, dijeron los investigadores, sugiere que los opocistioides se separaron del linaje que produjo los pepinos de mar actuales para formar sus propias características. Tal vez siguieron evolucionando. Tal vez aún estén allí en alguna parte. En R’lyeh. Esperando. Soñando…