Pyt, la palabra “mágica” danesa que todos necesitamos para escapar del estrés
March 10, 2019 Bienestar , NoticiasEn Dinamarca aman el hygge. Disfrutar de un libro mientras estás bien abrigado bajo una manta, pasar una noche hablando animadamente con tus familiares y amigos compartiendo un chocolate caliente y con la iluminación de unas velas es parte de lo que define al hygge.
Sin embargo, esta es una descripción espléndida. Casi un sueño. Pero en realidad, incluso los daneses que adoran el hygge, también tienen sus momentos críticos.
¿Qué sucede cuando el hygge no funciona?
Es el momento de pronunciar otra palabra con efecto mágico, “pyt” (se pronuncia “pyd”). De manera similar al “hygge”, la palabra “pyt” no dispone de una traducción literal para otra lengua. Algunas variantes interpretativas aceptadas son “no te preocupes”, “olvídalo” o “eso no importa”, aunque no comunican el verdadero sentido positivo de la expresión popular.
Según explican desde la BBC, decir “pyt” se aplica a situaciones en las que se acepta que algo se salió de control, por lo que pese a estar enfadado o con un sentimiento de frustración, se opta por no dedicar más esfuerzo ni perder energía en tal situación. Básicamente se deja pasar y se va a otra cosa.
En ocasiones donde hay mucha tensión, decir “pyt” transmite consuelo y alivio a otros.
Un grito de rebelión
Es una de las expresiones preferidas por los daneses, hasta el punto que “pyt” fue escogida como la palabra favorita en el concurso nacional convocado en septiembre de 2018 por la Asociación de Bibliotecas de Dinamarca.
En contraste y como hecho curioso, “hygge” no fue tomada en cuenta en el top de las palabras más queridas en esta nación.
Para Steen Bording Andersen, quien encabeza la Asociación de Bibliotecas de Dinamarca, la explicación de la supremacía de “pyt” puede atribuirse al ritmo acelerado de la vida actual y frente a lo cual la mayoría de los daneses optan por una actitud calmada y con menos estrés.
“Pyt” sería entonces un grito de rebelión ante la cultura que abunda en esta época, y va en contra de las costumbres danesas “de quejarse mucho y encontrarle falla a todo”, comenta Andersen. Es una forma de recordarnos que todo podría ir peor.
Desde que se radicó en Dinamarca hace dos décadas, proveniente de los Estados Unidos, al fisiólogo y escritor Chris MacDonald no le causa asombro la preferencia por esta palabra. El periódico danés Berlingske dedicó un artículo sobre el tema y lo tituló así: “Lo que Dinamarca me ha enseñado sobre la felicidad”. Al respecto escribió:
Pyt es una de mis palabras favoritas. Es el sonido más positivo que jamás he escuchado y nos recuerda que hay que dejar ir aquello que no podemos cambiar. Hay mucho alivio en esa palabra.
MacDonald refiere que fue una de las primeras palabras que aprendió cuando comenzó a conocer el idioma. Señala que el danés se caracteriza por su exacerbada monotonía. Lo compara con oír a un músico interpretar notas sin cambiar de escala. Fue allí donde se percató de la importancia de esta palabra que sobresale de las otras y que además “tenía un buen sonido”.
Ciertamente es muy difícil que el idioma danés sea escogido en algún momento como el más romántico del planeta, por la cantidad de expresiones guturales y cortantes. No obstante, al pronunciar “pyt” esto se hace de forma sublime y relajada.
En una entrevista con la BBC, MacDonald dijo que “pyt” suele usarse para hacer énfasis en que se acepta algo que no es amenazante, dejando de lado la frustración porque no se puede cambiar. En parte, esa actitud deriva del propio significado de “pyt” y el sentimiento que despierta cuando se usa.
Pyt, la palabra precisa para momentos críticos
El propio editor del Diccionario Danés, Jonas Jensen, señala que la pronunciación en este país de la “i” e “y” están asociados a sonidos positivos y relajados, a diferencia de las vocales “o” y “u”. Jensen describe que decir “Pyt” es una palabra muy agradableen sí misma.
Y mientras la fonética danesa se muestra como un terreno lingüístico irregular, con subidas y bajadas, que según Jensen hacen del danés no un idioma “sino una enfermedad de la garganta”, la geografía de Dinamarca muestra otra cosa: es una de las naciones preferidas para hacer ciclismo ya que destaca por su superficie plana.
Pese a ello, es inevitable no sufrir toda clase de accidentes. Karen Rosinger, periodista danés de la BBC, relata un caso ocurrido hace poco más de 20 años con una pareja de Gran Bretaña que se embarcó en una exploración por toda Dinamarca en bicicleta.
Justo cuando faltaba poco para que su estancia vacacional llegara a su fin, la mujer perdió el equilibrio, se cayó de la bicicleta y se partió la clavícula.
Según Rosinger, el accidente ocurrió en los alrededores de un pueblo chico llamado Sønder Omme, aproximadamente a 20 kilómetros de Billund (donde se ubica Legoland, el parque de atracciones).
Ese día el médico de guardia trasladó al hospital a la pareja para que recibiera atención urgente y llamó a su esposa para avisarle que la gestión lo demoraría, a lo que ella respondió que llevara a cenar a casa a los británicos.
Así que cuando terminó el accidentado día, la pareja había sido atendida por un médico que no les cobró por sus servicios hospitalarios, comieron en la mesa de una familia danesa típica y aprendieron que la palabra “pyt” podía ayudarlos a reducir el estrés por el evento.
Mientras estaban sentados con los platos llenos y las copas de vino ya servidas, el médico alzó su mano para brindar, y fue justo cuando el británico golpeó la copa contra la botella de vino tinto, con el infortunio de que todo el líquido se derramó sobre el mantel impecable y blanco.
Luego de eso, todos enmudecieron. La británica miró a su marido con mucha molestia, pero la anfitriona interrumpió antes de que hablara y le dijo: “PYYYYT med det!” (¡No te preocupes!), seguido por “Lavaremos el mantel mañana”.
Así que la poderosa expresión “pyt” cambió el entorno estresante de un incidente incómodo. Después, el agradable encuentro transcurrió entre el “hygge”, y los invitados regresaron varios días después para volver a cenar con la familia danesa..
Como botón antiestrés
La virtud de esta palabra puede ser transmitida de otras formas. En las guarderías y en la educación primaria, los niños aprenden el concepto mediante la activación de un botón “pyt”.
Consiste, básicamente, en una tapa de plástico con la palabra “PYT” escrita en ella y que se ubica en el centro del salón de clases. En el momento en que los chicos se sienten frustrados porque no lograron llegar de primeros a un juego o una carrera se les invita a que opriman el botón.
De esta manera captan desde que son muy pequeños que no hay nada de malo en perder porque muchas veces esto ocurre en la vida.
Para Charlotte Sørensen, la maestra de Søndervangskolen, en la ciudad de Hammel, cuenta que esta acción de presionar algo físico es muy beneficiosa y ayuda a los niños a seguir avanzando y relajar la mente. “El botón pyt es un invento genial”.
De hecho, quienes viajan a Dinamarca pueden adquirir en el comercio su propio botón “pyt” como suvenir. Son muy parecidos a los botones de plástico en colores rojo y blanco, que se usan en las competencias de televisión para responder preguntas. Al presionarlo, se escucha la palabra “pyt”.
La expresión es particularmente importante para los habitantes de un país con un clima propenso a cambios repentinos. Por ejemplo, unos simples planes de hacer parrilla al aire libre o nadar en la piscina se pueden transformar en otra cosa por el cambio de las condiciones meteorológicas en el último minuto.
Es allí cuando utilizas la palabra “pyt” y sin reproches aceptas el cambio de planes para que en vez de nadar a cielo abierto, termines disfrutando en una alberca a techo cubierto.