El bullying altera la estructura del cerebro

Según un nuevo estudio, el acoso escolar o bullying puede aumentar el riesgo de enfermedad mental.

El estudio sugiere que puede haber diferencias estructurales físicas en los  cerebros de los adolescentes que son acosados habitualmente.

El bullying tiene graves efectos en la salud

Una investigación previa reveló que el acoso infantil tiene consecuencias negativas para la salud y puede generar costos significativos para las personas, sus familias y la sociedad en general.

El nuevo trabajo, publicado en la revista Molecular Psychiatry sugiere que, además, la intimidación puede causar cambios físicos en el cerebro y aumentar la probabilidad de una enfermedad mental.

Erin Burke Quinlan, del King’s College London (Reino Unido) y su equipo, contaron con la participación de más de 600 jóvenes de diferentes países de Europa a los que entregaron un cuestionario y realizaron escaneos cerebrales.

Los participantes formaban parte del proyecto IMAGEN. El objetivo del estudio fue evaluar el desarrollo cerebral y la salud mental de los adultos jóvenes a través de cuestionarios y exploraciones cerebrales de alta resolución, tomadas cuando los participantes tenían 14 y 19 años de edad.

Los científicos descubrieron que más de 30 de los participantes habían experimentado  bullying crónico. Luego, compararon los datos con los de jóvenes que no habían sido víctimas de bullying crónico. El análisis mostró que la intimidación severa estaba relacionada con cambios en el volumen cerebral y los niveles de ansiedad a los 19 años.

Cambios en el cerebro

El estudio confirma los resultados de investigaciones anteriores que vincularon la intimidación con problemas de salud mental, pero también reveló algo nuevo: El acoso escolar puede disminuir el volumen de partes del cerebro llamadas núcleo caudado y putamen.

El caudado desempeña un papel crucial en la forma en que el cerebro aprende, específicamente cómo procesa los recuerdos. Esta parte del cerebro utiliza información de experiencias pasadas para influir en acciones y decisiones futuras. El putamen regula los movimientos y afecta el aprendizaje.

En los últimos años, el acoso, incluido el ciberacoso, se ha convertido en un problema generalizado.

Los autores afirman que los cambios físicos en los cerebros de los adolescentes que fueron acosados constantemente explican -en parte- la relación entre la victimización entre iguales y los altos niveles de ansiedad a los 19 años.

“Aunque clásicamente no se considera relevante para la ansiedad, la importancia de los cambios estructurales en el putamen y el caudado para el desarrollo de la ansiedad probablemente reside en su contribución a los comportamientos relacionados, como la sensibilidad de la recompensa, la motivación, el acondicionamiento, la atención y el procesamiento emocional”, aclara Erin Burke, líder del trabajo.

Los investigadores esperan ver más esfuerzos para luchar contra la intimidación en el futuro, ya que la victimización entre pares se está convirtiendo en un problema global que podría llevar a cambios físicos en el cerebro, ansiedad generalizada y a altos costos para la sociedad.

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