5 cosas que debes hacer para reducir la ansiedad según la neurología Sociedad

De acuerdo con el Principio de Hebb –“las neuronas que nacen juntas, permanecen juntas”, es posible activar tantas conexiones neuronales como sea posible y así trabajar sinergéticamente mediante una serie de actividades útiles.

Pedro Figueras / Pixabay

Desde la filosofía de la Antigua Grecia hasta la de la espiritualidad moderna, la búsqueda del bienestar en general se ha vuelto el centro de atención a nivel físico, emocional, psíquico y espiritual. En los últimos años, poco a poco hemos notado incluso una oleada que busca fomentar el bienestar mediante la conexión de la mente y el cuerpo generando una experiencia en el aquí y en el ahora; y de hecho varios institutos, como la UCLA Mindful Awareness Research Center, han presentado toda una serie de beneficios de esta práctica meditativa desde una perspectiva neurocientífica.

Gracias a los avances tecnológicos, dichos institutos, asociaciones y universidades han logrado comprender mejor el funcionamiento del cerebro y con ello, desarrollar herramientas que permitan reducir la presencia –o afectación– de varios malestares psicoemocionales. Como por ejemplo, la neuroplasticidad: es la capacidad nata del cerebro se refiere a la reorganizarse a sí mismo tanto física como funcionalmente en relación con el medio ambiente, la conducta, el pensamiento y las emociones. Es decir que ante un estímulo como un trauma, el cerebro se encuentra constantemente organizando las neuronas en función de esta experiencia. Sin embargo, de acuerdo con el principio de Hebb –“las neuronas que nacen juntas, permanecen juntas”, es posible activar tantas conexiones neuronales como sea posible y así trabajar sinergéticamente mediante una serie de actividades útiles. Te compartimos a continuación algunas de ellas:

– Salir de las creencias viciosas puede mejorar la inteligencia.

Hay quienes deciden llamar a este proceso como una manera de “salir de la zona de confort”, en donde se busca salir de las creencias irracionales desarrollando habilidades para resolver problemas aprender, pensar lógicamente, entender y adquirir nuevo conocimiento, integrar ideas y continuar con los objetivos. El objetivo es continuar en un progreso constante y construir un conocimiento profundo en las cosas que nos interesan y que necesitamos para evolucionar o ser más felices. De alguna manera es romper el ciclo del pensamiento obsesivo con el fin de permitir que entren otras creencias, las cuales a su vez se desarrollan nuevas conexiones neuronales para regular la neuroquímica y a su vez el estado de ánimo. Escoger cada oportunidad para mejorar y empedrar la manera de pensamiento puede ser una elección inteligente para permanecer curioso y abierto al mundo.

– Permanecer curioso.

La mente se encuentra siempre en dos estados: en supervivencia y en exploración/curiosidad. El primero se activa cuando uno se enfrenta a situaciones críticas que implican un riesgo de vida; y el segundo, cuando se expande el bienestar al grado de continuar aprendiendo, expandiéndose, disfrutando. De modo que el segundo estado no sólo promueve el nacimiento de nuevas conexiones neuronales, también facilita el proceso de aprendizaje y la regulación neuroquímica en el cerebro.

Una manera de permanecer curioso es cuestionarse todo, fomentar el aprendizaje continuo más allá de la escuela, el trabajo o la universidad: es querer saber de dónde vienen las cosas, cómo suceden, por qué se realizan de esa manera, qué provoca un resultado. Inclusive aprender un nuevo idioma te provoca aprender diferentes perspectiva, cambiando toda la perspectiva que se tenía del mundo. Se trata, en otras palabras, de comprometerse a un constante aprendizaje a lo largo de la vida: más allá de lo académico o profesional.

– Probar nuevas y diferentes (que nos hagan sentir bien).

Las nuevas experiencias evitan que las aguas se estanquen, se inunde y se intoxique el ambiente. De modo que promover pequeños o grandes cambios paulatinos en el día a día facilita la sensación de motivación, crecimiento, evolución, etcétera. Basta con ir a clases de algo que nos interese, leer un nuevo libro en una cafetería o bar, salir a correr o hacer alguna actividad física, ir a terapia, etcétera.

– Exponerse a diferentes puntos de vista.

Si bien la lectura y los viajes son buenos ejercicios para conocer diferentes puntos de vista. Estar genuinamente abierto a otras culturas, idiomas y pensamientos distinto al nuestro ayuda a no sólo poner en perspectiva nuestro punto de vista, también a expandir nuestras creencias y conexiones neuronales: se fortalece el proceso de aprendizaje y regulación emocional desde una base neurológica.

Leer sobre otras industrias, diferentes mercados; estar abierto a debates con otros puntos de vista; leer libros sobre temas que ignoramos: la única manera de hacerlo es salir del mundo de uno mismo y aprehender un nuevo conocimiento, maravillarse por las cosas nuevas que se están descubriendo.

– Escribe tus aprendizajes.

Cada día absorbemos una vasta cantidad de información que cuando uno se siente y lo intenta reproducir, uno se obliga a ir a profundidad, a sintetizar el conocimiento y a organizarlo. Es un proceso de enseñanza y reproductividad, que si no se toma una especial toma de consciencia es probable que no haya una expansión en la conexión de las neuronas. Además, tanto leer como escribir expande el vocabulario, fortaleciendo los procesos cognitivos de la mente y los procesos emocionales del alma.

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