2018: el año en el que las criptomonedas colapsaron

Hace un año, el precio de Bitcoin y sus hermanas tocaba el cielo. 12 meses después, toda la obra y milagros de las monedas digitales y sus subproductos como las ICO y los tokens de uso se han desinflado. Ahora parece que todo está como debería estar.

¡Cuánto cambian las cosas en un año! A finales de 2017, el valor total de todas las criptomonedas del mundo rozaba los 530.000 millones de euros. 12 meses después, esta cifra no llega a los 115.000 millones de euros. Las personas que compraron bitcoins el 31 de diciembre del año pasado, a un precio de alrededor de 12.000 euros cada uno y aún los mantienen, han perdido alrededor del 70 % del valor de su inversión inicial. Ninguna criptomoneda se ha salvado; los inversores están buscando la salida y los proyectos de ICO (siglas en inglés de ofertas iniciales de moneda) están cayendo como moscas.

¿Qué ha pasado? Por resumir: 2018 fue un año plagado de malas noticias para las criptomonedas. Al final del año, la idea de que las criptomonedas eran como un billete de oro se ha desvanecido y ha sido reemplazada por la incertidumbre y la confusión sobre el futuro del dinero digital.

El épico ciberataque a Coincheck

Comenzó en enero. La popular plataforma japonesa de intercambio de criptomonedas Coincheck fue hackeada y los ladrones robaron una suma de casi 440 millones de euros. Este incidente acabó siendo comparado con el colapso del Mt. Gox en 2014, que resultó catastrófico para la naciente industria de las criptomonedas. Pero esta vez, la situación estaba más madura y menos frágil, irónicamente, porque el Gobierno de Japón reaccionó ante el Mt. Gox convirtiéndose en el primero en regular los intercambios de criptomonedas. Pero justo por eso el ataque fue tan inquietante: el objetivo del nuevo régimen regulatorio era evitar otro Mt. Gox. Resulta que Coincheck había estado operando sin licencia, bajo una exención. Pero la cuestión sigue siendo la siguiente: ¿qué riesgo conllevan los intercambios de criptomonedas desde una perspectiva de ciberseguridad?

El dolor de cabeza de las ICO

En febrero, los reguladores financieros de EE. UU. iniciaron una operación contra las ofertas iniciales de monedas que se prolongó durante todo el año. Las ICO fueron un importante catalizador para la repentina explosión de interés e inversión en las criptomonedas en 2017, pero el presidente de la Comisión de Bolsa y Valores de EE. UU. (SEC), Jay Clayton, conmocionó al mundo criptográfico cuando dijo al Congreso: “Creo que cada ICO que he visto representa un valor”.

En 2018 surgió el debate sobre si las criptomonedas, que los empresarios de cadena de bloques vendieron a los inversores para financiar sus proyectos, deberían estar sujetas a los mismos tipos de regulaciones que las acciones, los bonos y otros contratos de inversión tradicionales. Algunos argumentaron que los llamados tokens de uso, diseñados para funcionar como llaves, ya que proporcionarían acceso a aplicaciones descentralizadas (o dapps), no deberían estar sujetos a las leyes bursátiles. Pero la mayoría de estas dappseran solo ideas sobre el papel, y las que lograron llevarse a cabo no obtuvieron mucha tracción fuera del mundo de la criptomoneda. La SEC de Clayton procesó varios proyectos de ICO a lo largo del año, pero su mayor éxito se produjo el mes pasado, cuando penalizó a dos proyectos, llamados Airfox y Paragon, por vender valores no registrados. Estos fueron los dos primeros arrestos de ICO que no incluyeron cargos de fraude y pueden servir de ejemplo para los futuros procesos judiciales.

Manipulación de mercado

En mayo, nos enteramos de que el Departamento de Justicia de Estados Unidos había abierto una investigación criminal para averiguar si los comerciantes manipulaban los precios de las criptomonedas. En junio, un estudio académico de alto nivel descubrió que las grandes compras en 2017 en Tether, un token que supuestamente está vinculado al dólar estadounidense, parecen haber ayudado a elevar el precio de Bitcoin. Un mes más tarde, después de uno de los muchos rechazos de este año por parte de la SEC a las solicitudes para enumerar los fondos cotizados en bolsa (ETF) de Bitcoin, la agencia emitió un extenso análisis en el que lamentaba la falta de datos disponibles para estudiar el mercado de comercio de Bitcoin. Luego, en septiembre, la Fiscalía General de Nueva York (EE.UU.) publicó un condenatorio informe sobre el funcionamiento interno de las 10 plataformas de intercambios de criptomonedas más populares. Entre otras cosas, el informe las acusaba a casi de carecer de “capacidades sólidas de vigilancia del mercado en tiempo real e histórico, como las que ofrecen los mercados bursátiles tradicionales, para identificar los patrones de intercambio sospechosos”.

Lecciones aprendidas

Aunque la tecnología blockchain existe desde hace ya 10 años, todavía es muy nueva. Ofrece inherentes ventajas de seguridad, pero sus fallos siguen siendo frecuentes cuando las cadenas de bloques se encuentran con el mundo real, como sucede en los intercambios. En su mayoría, estos puntos de contacto siguen siendo como unas cajas negras para los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley y los responsables políticos, que claramente no han dejado de vigilarlos. En cuanto a la tendencia de las ICO, en su base reside una verdadera innovación de recaudación de fondos, pero el proceso tendrá que adaptarse a las leyes bursátiles. Todo esto ya era así antes de 2017. Pero fue necesario todo lo que pasó en 2018 para comprenderlo.

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